Los sindicatos CCOO y UGT firmaron ayer el XVI convenio colectivo de las tres plantas de Bridgestone en España (Basauri, Santander y Burgos), que contempla una subida salarial del 0,5% para los trabajadores, revisable al alza en función de cómo quede el Índice de Precios de Consumo (IPC) a final de año. La dirección había trasladado a las entidades su propuesta a principios de la pasada semana, y tras un periodo de votaciones, que se prolongó durante varios días, las principales fuerzas ratificaron ayer el expediente en la reunión de la mesa de negociación.
Solo UGT y CCOO, con 8 de los 13 representantes en la mesa de negociación, han dado su visto bueno, mientras que tanto BUB como ELA y SITBU-USO se muestran en contra. Aunque tienen pendientes de tratar otros asuntos que están sobre la mesa desde que concluyó la vigencia del anterior convenio, el 31 de diciembre de 2019, desde UGT y CCOO entienden las «dificultades» derivadas de la covid-19 que, entre otras cosas, y debido al estado de alarma decretado en toda España hasta el domingo, impidieron encuentros presenciales de los representantes de las plantas de Burgos y Basauri (Vizcaya) para negociar.
El resto, en contra. Mientras que las dos principales fuerzas avalarán el acuerdo, el resto de entidades se han mostrado en contra. Por parte del Sindicato Independiente en Bridgestone (BUB), cuyas bases negaron el acuerdo por amplísima mayoría (un 97,7% se mostró en contra), lamentan que la firma «no va a solucionar ninguno de los problemas actuales ya que no se ha concedido absolutamente ninguna reivindicación sindical ni negociación alguna». También critican que la vuelta del ‘binomio CCOO-UGT’ «no traerá nada bueno» y denotan «grandes contradicciones» en el convenio.
Por parte de SITBU-USO también ha desistido rubricar su firma y lamentan que la empresa haya ofrecido interrumpir la negociación desde sus inicios, a finales de 2019, y haya vinculado la subida del 0,5% y el convenio a seguir con las reuniones sobre la nueva carrera profesional.
«Nos ofrecen 6 meses de presunta tranquilidad a cambio de una doble escala salarial, la entrada de nuevos trabajadores cobrando el salario mínimo interprofesional, la intromisión de competencias o el aumento de responsabilidades», critican desde el sindicato, que no está por la labor de vincular ambos factores. «No me puedes apartar de la negociación a cambio de 7 euros y que la empresa se quede negociando lo que le interesa. La carrera profesional no se puede seguir negociando, es uno de los mayores avances de la compañía», sentencian.