El HUBU cerró el primer trimestre del año con 6.359 personas pendientes de una cirugía, lo cual supone un aumento del 15% con respecto a lo registrado a finales de diciembre de 2020 (5.493), según datos oficiales de Sacyl. El gerente del hospital, José María Romo, afirmó ayer que «no son buenos» y adelantó que se está tramitando ya un concierto para externalizar 900 operaciones «de todas las especialidades» desde la semana que viene. Al mismo tiempo, se está buscando la manera de optimizar más el uso de los quirófanos propios, de forma que sea posible programar una cirugía más al día en cada uno de ellos o, al menos, en la mayoría.

La actividad quirúrgica del hospital ha estado muy condicionada en el primer trimestre por la pandemia. Aunque el repunte de enero en Burgos fue mucho más liviano que en otras provincias de la Comunidad, la UCI del HUBU tuvo que extenderse hacia zonas de Anestesiología para disponer de 60 camas. Esto tiene impacto directo en la actividad quirúrgica, que también está condicionada por el hecho de que para atender a los pacientes críticos (tanto covid, como no covid), se recluta a mucho personal de enfermería del bloque quirúrgico, porque está habituado a tratar con pacientes en estado muy delicado y a manejar aparatos como los respiradores. Así, Romo explicó que «buena parte del trimestre hemos tenido que trabajar con 9 quirófanos y solo al final hemos podido llegar a los 18». En condiciones normales el HUBU puede abrir hasta 20 quirófanos para operar a pacientes en lista de espera (aparte están los dos quirófanos para urgencias y el de partos).

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)