Un lustro que parece un siglo

Angélica González / Burgos
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Aunque un observador poco atento apostaría a que los sintecho llevan décadas en la Plaza de Vega, la Policía Local data en 2011 el inicio de este fenómeno

Quizás a muchas personas les parece que hace décadas que la Plaza de Vega es el lugar de concentración de los colectivos más marginales de la ciudad pero no es así en absoluto. Fue 2011 el año en el que «sin poder concretarse bien el motivo principal, presumiblemente atraídos por el entorno de la estación de autobuses», como explica Fernando Sedano, intendente jefe de la Policía Local, un grupo de indigentes y personas con desarraigo social se empiezan a reunir a diario en esa zona, lo que provoca llamadas al 112 por parte de los vecinos y hasta escritos al Ayuntamiento de varias comunidades de las calles Aranda de Duero y Calatravas.

«Los vecinos manifiestan que les produce cierto temor el ambiente que se ha creado; también denuncian el consumo y los problemas de limpieza en la calle, además de que detectan algún menor de edad», añade. Es la razón de que, a partir de 2012 la Policía Local inicia sus controles periódicos en la zona con incautaciones de bebidas, drogas, muchas identificaciones y alguna detención por requisitoria judicial de los allí presentes.  

Sedano afirma que en estos tres años las actuaciones han mantenido una cierta estabilidad, «lo que ha conseguido una cierta moderación de las personas allí reunidas, reduciéndose considerablemente los requerimientos vecinales y de los viandantes así como el consumo en la vía pública». Además, cuenta que se ha controlado el posible tráfico de sustancias , «lo que ha logrado que alguno de los habituales se haya marchado». El intendente asegura que comprende la inquietud social que hay pero, a renglón seguido, afirma que «la percepción de inseguridad no se traduce en hechos delictivos».

El año pasado, por ejemplo, la  Unidad de Policía Administrativa (UPAD) realizó 16 controles que se  materializaron en 13 denuncias por consumo de alcohol en la calle, tres de ellas a menores; 26 litros de alcohol destruidos, tres incautaciones de sustancias estupefacientes (4 gramos de marihuana, 3,9 de hachís, 0,8 de cocaína y dos envueltos de anfetaminas) y tres controles de perros, de los que dos acabaron en denuncia por falta de diligencia en su cuidado.

Por su parte, la Unidad Canina de Intervención y Detección (UCID) llevó a cabo 53 controles de tenencia y consumo en vía pública, de los cuales 22 fueron positivos; se levantaron 32 actas, se hicieron cuatro traslados a Comisaría para identificación de las personas, una detención por requisitoria judicial, seis menores fueron puestos a disposición paterna y se hicieron 12 informes para Acción Social relativos  a la presencia de menores con absentismo escolar y su presencia «en ambientes no aconsejables».