Casi seis años ha tardado la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), más conocida como el ‘banco malo’, en desalojar los dos últimos adosados okupados de la calle Ángel García Bedoya, en el barrio de El Crucero.
Llegó a haber hasta seis pero se logró desalojar cuatro en diferentes momentos, con un incendio de por medio incluido, mientras los ‘inquilinos’ de los otros dos han resistido hasta la semana pasada cuando le llegó la orden definitiva del juzgado tras varios avisos y recursos por su parte y no tuvieron más remedio que salir.

La Sareb envió la semana pasada a una empresa de limpieza, dado que su intención es sacar las casas a la venta, y el escenario que se encontraron no pudo ser más dantesco. En su interior había basura por todos los lados de ambas viviendas y enseres de todo tipo (acumulaban hasta cinco frigoríficos) que sirvieron para llenar una veintena de contenedores industriales.

Además, han causado cuantiosos destrozos en su interior. Paredes llenas de pintadas, suelos arrancados, inodoros y lavabos destrozados, puertas y ventanas estropeadas y enchufes arrancados, de modo que la inversión que habrá que hacer para poder sacarlos a la venta será cuantiosa.

(Más información y fotografías, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)