Bajar al barro. Es una frase que ha utilizado a menudo Paco Olmos desde que llegó al banquillo del Hereda San Pablo en enero de 2022 y que ahora cobra más sentido que nunca. Después de dos años dorados en los que dominó el baloncesto de clubes FIBA y un lustro en la Liga Endesa, el conjunto burgalés afrontará esta temporada una nueva realidad en LEB Oro tras consumarse su descenso en una última campaña horrible.
El equipo castellano aterriza en la segunda categoría del baloncesto nacional con la vitola de favorito tanto por presupuesto como por plantilla. Todos sus rivales son conscientes de que ha configurado un plantel temible con el único objetivo de regresar a la élite, pero ni mucho menos será una empresa sencilla, pues hay varios proyectos que están dispuestos a pelear esa condición de máximo candidato. El MoraBanc Andorra, recién descendido, y el Movistar Estudiantes son otros dos 'cocos' de la categoría, sin olvidar al Leyma Coruña de Diego Epifanio, al Real Valladolid o al Zunder Palencia.
El desafío azulón vivirá su primer capítulo este sábado (18.00 horas) en la visita del Melilla al Coliseum y lo hará con ciertas dudas después de una pretemporada que no ha dejado muy buenas sensaciones. Al margen de los resultados -tres victorias y cuatro derrotas-, el juego del San Pablo ha mostrado bastantes carencias ante rivales de su misma categoría, aunque también se han podido ver destellos de calidad en una plantilla experimentada y puntera para LEB Oro. La misión de Paco Olmos en el banquillo será conjuntar ese talento y hacer que parezcan un equipo, algo que no será sencillo en estos primeros compromisos al ser los 11 jugadores nuevos. No obstante, San Miguel, Mahalbasic o Kacinas ya han jugado para él anteriormente.
Todavía es muy pronto para sacar conclusiones en una liga que se antoja muy larga y que se podría extender más si los castellanos se clasifican para el play off y la posterior Final Four (...).
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