Maravillas que penden de hilos

ALMUDENA SANZ
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Titirimundi vuelve a animar el mes de mayo con cuatro propuestas, menos que en ediciones anteriores y todas de interior. El festival, que en Segovia será en septiembre, ocupará el Teatro Principal este y el próximo fin de semana

De izq. a der. y de arriba a abajo: 'Los crazy Mozarts', de Mundo Costrini, este sábado (18.30 h.); 'Animales', de El Retablo, mañana domingo (12.30 h.); 'Blancanieves', de Tropos Teatro (sábado 15) y 'Chaika', de Natacha Belova (domingo 16).

Titirimundi, como decía Julio Michel, su creador y director, fallecido hace cuatro años, supone la irrupción de lo maravilloso en la vida cotidiana de la ciudad. Se refería a Segovia, centro de este festival que pronto se extendió a otras ciudades, entre ellas, Burgos. Desde hace 26 años, salvo el pasado, el universo de los títeres aviva la primavera. Su actual responsable, Marian Palma, coge prestadas las palabras de su antecesor para referirse a esos amplios corros de gente, ese jolgorio de niños y mayores, en torno a un espectáculo de marionetas en las plazas o los paseos, como es el caso del Espolón. El virus birla estas clásicas estampas. Toda la agenda será de interior, en el Teatro Principal, y llega menguada, con solo cuatro propuestas, frente a las siete u ocho de las últimas ediciones. 

«Tiene que ser reducido, pero lo importante era contar con ello. Había compañías internacionales de gira en Europa y hemos hecho lo posible para que vinieran y tuvieran su recorrido. Los artistas tienen que seguir trabajando y todo el círculo debe moverse. La cuestión es adaptarse», enfatiza Palma y observa la locura y el encaje de bolillos que está siendo la organización. 

Sabe que la ausencia de las calles conlleva una pérdida de visibilidad, pero la rueda debe girar. 

Y no parará hasta septiembre. Ante la incertidumbre sobre la evolución pandémica, Segovia retrasa su celebración hasta ese mes, como ya hizo en 2020, por lo que son dos de sus sedes satélite las que prenden la mecha: Barañain (Navarra), que arrancó el miércoles, y Burgos, este sábado. 

Y lo hace con un concierto de música clásica. No al uso. Dos locos excéntricos, cargados de humor y circo bajo sus esmóquines, protagonizan Los crazy Mozarts, de la compañía argentina Mundo Costrini, que bailarán con sus instrumentos insólitos. La poesía envolverá los objetos que en las manos de Pablo Vergne se convertirán en Animales. El Retablo (España) presentará el domingo esta suerte de Arca de Noé, un espectáculo con largo recorrido, premiado con una mención del público en Fetén 2003. El próximo fin de semana, el espectador acompañará a Blancanieves, un personaje clásico que no lo es tanto cuando cae en las manos de Tropos Teatro, y el telón bajará con Chaika, de la chilena Natacha Belova, que lleva a las tablas a una actriz en el ocaso de su carrera, que mezclará realidad y ficción en la representación de La gaviota, de Chéjov, en el que puede ser su último papel. 

Todo es posible cuando los títeres andan por medio. «Como decíamos el año pasado, es el momento de alimentar las almas. Cada uno vive su propia realidad en esta pandemia y entrar en este mundo de ensoñación y de ilusión es olvidarse un poco de todo. Esto es una celebración y nos viene muy bien a todos, más si jugamos con títeres, objetos y todo elemento inanimado, que te llevan a otra realidad. De ahí la ilusión y la magia», expresa entusiasta esta segoviana que aún se recuerda con 11 años asombrada por esa maravilla que se colaba en su vida cotidiana.