La maleta

@LouMatilla
-

"Llegará ese día en el que podré coger una pequeña maleta y llenarla de lo único que necesitaré para emprender mi nuevo camino: esperanza, amor y muchas ganas"

Cuando pasas casi cinco horas enchufada a la máquina de la quimioterapia te da tiempo a pensar en muchas cosas mientras estás allí, ya casi sin saber cómo ponerte y mirando el reloj una y otra vez para ver cuánto queda aún, se te hace interminable y estás deseando salir corriendo. Si pudieras, lo harías.

Piensas en todo lo que ha pasado ya (que es mucho), en lo que queda (aunque te asuste), en cómo será tu vida cuando todo esto acabe (que acabará), en cómo va a ser el día en el que vuelvas a recuperar lo que tenías antes de esto porque ya casi ni te acuerdas de cómo era, al fin y al cabo porque ahora mismo te sientes como si estuvieras metida en una caja. Te han dicho que tienes que quedarte ahí por un tiempo y aunque tú te resistas, no hay manera de salir de momento, se necesita tiempo y tú vas trepando poco a poco esperando que llegue el día en el que consigas levantar la tapa y asomar la cabeza y después, el resto de cuerpo. Saldrás y volverás a ver la luz del Sol, al principio será molesta, te hará daño y probablemente te sentirás completamente perdida y desorientada.

Pero poco a poco, paso a paso estoy segura de que todo volverá a la normalidad, aunque será una normalidad relativa. Después de tanto tiempo encerrada habrá que volver a aprender muchas cosas: aprender de nuevo a caminar ante las adversidades del día a día sin que te afecten más de lo que te tienen que afectar; aprender a valorar lo que realmente es importante (creedme, en el fondo muy pocas cosas lo son); aprender a sonreír como antes y lo más difícil de todo: aprender a vivir sin miedo, algo que alguien en algún momento de nuestras vidas debería enseñarnos.

Y yo lo haré sabiendo que seré una persona afortunada porque la vida me habrá dado una segunda oportunidad para seguir disfrutando de todo lo que me hace feliz: mi hija, mi familia, las risas incontroladas con mis amigos, un viaje, mi pasión por la música, mi sitio en la radio… todo eso que me ha hecho ser cómo soy.

Llegará el día, lo sé. Llegará ese día en el que podré coger una pequeña maleta y llenarla de lo único que necesitaré para emprender mi nuevo camino: esperanza, amor y muchas ganas. La cerraré y la pasearé por donde quiera que vaya como he hecho siempre. Y ahí comenzará un camino que no sabré dónde acabará ni de qué manera, pero que valdrá la pena recorrerlo disfrutando siempre de cada momento, de cada parada y de cada experiencia porque eso al final, es lo único que importa.

Y siempre, siempre, lo haré sonriendo. No tengáis ninguna duda.