«Necesitamos que Aguas siga siendo un servicio ejemplar»

J.M.
-

José Antonio Rodríguez nació en León en 1958. Licenciado en Ciencias Químicas, posee un máster en Ingeniería de Gestión Medioambiental. Aterrizó en el entonces servicio de Aguas de Burgos en 1985 y el pasado julio fue nombrado director gerente

José Antonio Rodríguez, director gerente de Aguas de Burgos. - Foto: Jesús J. Matí­as

No puede contener la emoción cuando habla del respaldo que ha recibido de sus compañeros tras su nombramiento como gerente. De manera provisional y, según asegura, por responsabilidad. Realiza equilibrios para no pisar algunos charcos, aunque a veces resulta inevitable no hacerlo.

¿Cómo han sido estos primeros meses al frente de Aguas?
Muy duros y de muchísimo trabajo, pero afortunadamente he tenido una gran colaboración de mis compañeros.

¿Cómo ha percibido la plantilla de Aguas el cambio en la gerencia?
Lo que recibo son notas de apoyo en las que me dicen que están para lo que haga falta. Me transmiten ilusión.

¿Qué le empujó a asumir este reto?
Me dolía mucho la situación tan complicada en la que estábamos y veía la necesidad de abordar los problemas que estaban surgiendo. Hemos sido siempre un servicio ejemplar y la gente que estamos aquí necesitamos que Aguas siga siendo un referente en España.

¿Era necesario un cambio de rumbo en la Sociedad?
Está claro que la dinámica que llevábamos no era buena ya que tenemos unas deficiencias muy grandes que estamos abordando.

¿Qué es lo que más le preocupa?
Tenemos un déficit de personal muy importante. Hemos pasado de 112 trabajadores hace 10 años a 72. Que falten 40 personas en una actividad como la nuestra, que requiere un servicio las 24 horas durante los 365 días del año, es un déficit que no nos podemos permitir.

¿Los problemas se ciñen a la falta de personal o también los ha habido en la gestión?
Nos hemos encontrado también con situaciones preocupantes como fue la del riesgo de colapso de la planta de lodos. Afortunadamente hemos resuelto ese problema, pero era una situación que podía haber sido muy grave por la afección al dominio público hidráulico. Podíamos haber tenido graves sanciones. De no poder extraer lodos a la planta no podríamos haber tratado el agua residual y tendríamos que haberla derivado al río. Imagine una carga de contaminación equivalente a 750.000 habitantes, que es lo que estamos tratando actualmente. Sería trasladar el problema que hay en Murcia con la muerte de los peces al Arlanzón.

¿Por qué se llegó a ese extremo?
Tuvimos una situación de emergencia ya que los lodos tenían que salir sí o sí, pero se tomaron unas decisiones incorrectas por parte de la gestión anterior. Cuando llegó el momento de sacarlos, lo que hicieron fue impedirlo. Y sin buscar una solución. Eso es lo que ocurrió.

¿Quién impedía sacarlos?
Se dieron órdenes en ese momento de impedir sacarlos. Una decisión totalmente equivocada.

¿Ese fue el primer susto que se llevó nada más asumir la gerencia?
Ese susto fue el primero. El segundo fueron los robos en la planta potabilizadora, que podía haberse quedado sin servicio. Ahí decidí interrumpir mis vacaciones y venirme para Burgos porque no podíamos permitirnos lo que estaba pasando.

¿Cómo valora la gestión de su predecesor?
No quiero valorar eso.

¿Le ha ayudado en la transición?
No, no he tenido contacto con él.

¿Cómo se encontró el despacho el primer día?
Con los muebles que ves y nada más.

No parece que dejarle el despacho vacío sea un indicativo de poner el camino el fácil...
El sabrá... Esa es una cuestión sobre la que él debería de pensar o reflexionar.

El ciudadano tiene la percepción de que en Aguas solo entraba a trabajar quien tenía algún tipo de enchufe y que el nepotismo ha sido una práctica muy interiorizada. ¿Tienen motivos para pensar así?
Lo único que puedo decir es que la gente del servicio de Aguas que está trabajando actualmente y que lo ha hecho en el pasado hemos sido un colectivo con una gran profesionalidad y entrega. Más aún teniendo en cuenta el déficit de personal que tenemos. Hay que agradecerles lo que han hecho y también a los que se han jubilado, que me consta que toda esta situación no ha sido agradable para ellos.

¿Qué pensó cuando se enteró de la quema de documentos en un contenedor en las instalaciones de la calle La Lora?
Es una imagen que no me gustó verla. Ni a mí ni a ningún compañero de los que estamos aquí.

¿Qué piensa que sucedió allí?
No lo sé.

¿Cómo es posible que más de la mitad de la plantilla de Aguas realice trabajos de superior categoría?
Desde hace 10 años ha habido jubilaciones de jefaturas, de mandos intermedios... Eso ha obligado a cubrir las necesidades. El personal ha respondido de manera admirable porque ha asumido esos trabajos.

Con los límites normativos, ¿las necesidades de personal se van a poder cubrir en el corto o en el medio plazo? Son muy pocas las plazas que se pueden cubrir al año...
La legislación establece una tasa de reposición que no se recupera  nunca y estamos en una situación compleja. El procedimiento administrativo es el que es y no es acorde para una empresa de esta actividad, que tiene un dinamismo como el de cualquier fábrica del polígono.

Los sustos parece que no terminan nunca en Aguas. En el último proceso de selección han vuelto a surgir sospechas sobre su limpieza. ¿Es normal que el letrado del Ayuntamiento renunciara a su plaza en la Comisión de Valoración?
Respeto su decisión. Ha quedado desierta la convocatoria y yo no he participado en ese proceso.

¿Qué sucede con los contratos de pavimentos y de jardinería que llevan meses parados y sin adjudicar?
Se han estudiado recientemente, están ya valorados y lo que queda es convocar las mesas de contratación para resolverlos. Se hará en los próximos días.

¿Por qué se ha prorrogado el contrato de alcantarillado cuando el propio Plan Director reconoce que está obsoleto?
No es que esté obsoleto. No cubre las necesidades ya que en el servicio de alcantarillado tenemos una red de unos 750 kilómetros, con 25.000 sumideros, 30.000 pozos... El servicio se cubre con 3 camiones y es insuficiente. Hay quejas en las que nos demandan una mayor intervención y no lo podemos cubrir.

¿Por qué entonces han prorrogado el contrato en lugar de sacar uno nuevo que cubra esas necesidades?
Porque no ha habido tiempo.

Pero desde hace tiempo se sabe la fecha de caducidad del contrato...
Acabo de aterrizar ahora.

Entonces no hicieron el trabajo los que estaban antes...
Si hubiesen visto que las necesidades no son suficientes me imagino que con antelación lo habrían preparado. Yo me he visto obligado a prorrogar ese servicio. Lo que hay que hacer ahora es planificar esas necesidades y elaborar un pliego acorde a las mismas.

Han decidido que Aqualia continúe prestando el servicio en la depuradora pese a que hace unos meses reclamó 2 millones de euros. Defendían que no podía hacer el trabajo con las condiciones establecidas en el contrato. ¿Siguen exigiendo ese dinero?
Ellos querían llegar a un acuerdo para reclamar ese dinero pero nosotros entendemos que ellos ofrecieron un precio para llevarse el concurso. En su contrato asumen ese riesgo y ventura. Posiblemente recurran judicialmente y ya veremos qué es lo que ocurre. 

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la sociedad?
Recuperar la falta de personal. Hay una buena dinámica ya que estamos negociando el convenio, que lleva 20 años sin actualizarse y es necesario renovarlo. Buscaremos también la fórmula para la promoción interna y para la contratación de personal, mejoraremos el servicio de saneamiento con el nuevo concurso de la depuradora, ya en licitación, vamos a  renovar la aplicación informática y tenemos que resolver un procedimiento para actuaciones que nos han afectado como el de la quema de papeles. Tiene que haber unos protocolos para no vernos inmersos en este tipo de problemas.