El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, lleva varios meses preparando una amplia reforma del sistema público de pensiones que garantice la sostenibilidad de las prestaciones. Esta modificación es uno de los compromisos que el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez ha acordado con la Comisión Europea para garantizar la llegada de los ansiados fondos de recuperación que ayuden a la economía en plena crisis provocada por la pandemia.
El principal objetivo que tienen desde Madrid es tratar de retrasar, aunque sea en unos pocos meses, la edad efectiva de retiro.En estos momentos está fijada en los 64 años y medio y elGobierno intenta aproximarla a la legal, 66 con carácter general o 65 para las carreras largas. Una de las propuestas más llamativas es el abono de hasta 12.060 euros -dependiendo de las bases de cotización y años trabajados- a los empleados que decidan posponer su retiro.Además, se pretende penalizar de manera más dura a los que accedan a la jubilación anticipada 24 o 23 meses antes de la edad legal, menos a partir del mes 22.
También habrá un mayor castigo para quienes lo hagan en el trimestre anterior a la edad establecida en la Ley.
Todo este proceso, unido a la inestabilidad de la economía como consecuencia de los efectos de la covid-19, ha provocado una enorme incertidumbre entre los trabajadores.Los sindicatos están recibiendo desde hace semanas un incremento notable de consultas y demandas de información sobre los trámites y requisitos que son necesarios para acceder a la jubilación anticipada por voluntad propia. También en la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) han notado un repunte de visitas de autónomos y pequeños gerentes de agencias de viaje, comercio u hostelería.Son estos negocios los que peor lo están pasando desde hace un año, por lo que sus gerentes se están pensando muy seriamente anticipar el fin de su vida laboral por culpa del coronavirus.
El secretario provincial de CCOO, Ángel Citores, asegura que están mostrando «mucho interés» sobre todo los burgaleses que rondan los 60 años, y que tienen tras de sí una larga carrera laboral. «Cuando la gente empieza a tener poco claro el futuro se piensa menos el retrasar la jubilación y opta por acelerarla cuanto antes», explica. Lo mismo ocurre en el seno de UGT, donde están recibiendo también mas peticiones y llamadas telefónicas. «Las últimas declaraciones han sido preocupantes y eso repercute en el temor de los trabajadores», apunta su secretario provincial,Pablo Dionisio Fraile, que pide a la SeguridadSocial tratar este tema «de manera clara».
Desde CCOO calculan que en los próximos meses se producirá una salida «importante» de trabajadores que ronden los 63 años del mercado laboral, muy castigado por la crisis.«Con la legislación anterior no les importaba esperar un trimestre o semestre más hasta llegar a los 64 o 65, pero con la enorme incertidumbre que ofrecen desde el Ministerio de Seguridad Social nadie sabe por dónde van a ir los tiros.Cuando hay dudas se va a lo claro, y eso pasa por solicitar la prejubilación», afirma Citores.
El aumento de las consultas, asegura Fraile, es una realidad desde hace tiempo, todas ellas influenciadas por el temor a recortes o posibles perjuicios en sus nóminas. «Hay mucha preocupación entre los trabajadores, las noticias siempre son para empeorar lo que tenemos a día de hoy», lamentan en UGT.
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