Vida y obra de Juan de Vallejo

R.P.B.
-

El catedrático de Historia del Arte René Jesús Payo publica el más completo estudio, iniciado hace lustros junto a su maestro Alberto C. Ibáñez, sobre el arquitecto burgalés que levantó el cimborrio de la Catedral y dejó su huella en otras obras

Vida y obra de Juan de Vallejo

Habla René Jesús Payo de deuda en referencia a su último libro. Una deuda que es doble: por un lado, a la figura y la obra del gran arquitecto Juan de Vallejo, autor del cimborrio de la Catedral de Burgos; por otro, a su maestro, Alberto C. Ibáñez, con quien durante años recopiló toda la documentación posible para reconstruir con precisión el gran legado vallejiano. Juan de Vallejo. Entre el gótico y el renacimiento (Institución Fernán González) es una extensa obra que recopila toda la información y toda la documentación que durante años fueron recopilando en archivos castellanos, vascos, riojanos e incluso madrileños Payo e Ibáñez. "Juan de Vallejo, junto con Rodrigo Gil de Ontañón, es el arquitecto más importante de los años centrales del siglo XVI en Castilla y León. A Juan de Vallejo se le conocía sólo por el cimborrio, que ya es suficiente, pero descubrimos nuevas aportaciones en iglesias, palacios, casas señoriales, monasterios...", explica el autor.

Su huella no está excluvisamente en Burgos. "Tuvo una enorme proyección: Palencia, País Vasco, La Rioja, León...", subraya el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Burgos. Esa proyección pudo haber sido mayor, señala Payo, si en sus últimos años de madurez no hubiese sido obligado por el Cabildo de la Catedral de Burgos a no salir de la ciudad al tener que dirigir las obras del cimborrio, "de tal manera que tuvo que rechazar algunas obras y proyectos en otros lugares. Gil de Ontañón sí que pudo viajar más y por eso es más conocido. Pero Vallejo está al mismo nivel. Y este libro es un débito que teníamos con él", apunta.

Subraya Payo que, con todo, la obra cumbre de Juan de Vallejo es el cimborrio. "Es su obra cumbre desde un punto de vista técnico.Trabajaba sobre el grave peso del hundimiento del primer cimborrio y tuvo que desarrollar un enorme trabajo a la hora de estructurar todo lo que es el centro de la Catedral. Tampoco sabemos hasta qué punto él pudo transformar la traza diseñada por Juan de Langres. Pudo intervenir de una manera muy notable sobre todo en lo que es los elementos decorativos, en los ritmos ornamentales, y en configurar la imagen que tiene el cimborrio". El autor de la obra (que está dedicada a Ibáñez) indica que Vallejo representa la transición del gótico al renacimiento. "Es un personaje que se forma el entorno de los Colonia, fundamentalmente en el de Francisco de Colonia, que va a tener la fortuna de que cuando empieza a trabajar, cuando se independiza como maestro, llega a Burgos Diego de Siloe, y se convierte en uno de los más notables maestros de éste, pero transforma en gran medida la estética de Siloe. El renacimiento lo absorbe a través de él", explica.

El libro perfila al arquitecto como un hombre "bastante culto, porque llegó a tener un conocimiento muy profundo de la tratadística no sólo española, sino internacional: fue el primero en manejar las primeras traducciones del Tratado de Vitruvio y también probablemente la primera edición del Tratado de Serlio, porque muchos de sus elementos de carácter compositivo, decorativo, están extraídos de estas obras". Con todo, señala que Juan de Vallejo no fue "un artista intelectual, pero al contrario que otros muchos artistas no trabaja únicamente lo aprendido en el taller, sino que se preocupa por las nuevas corrientes y le impacta mucho la llegada de Diego de Siloe, y muy probablemente a través de él tuvo conocimiento de la estética italiana. Y él, que en ese momento se estaban difundiendo libros y láminas sobre esas nuevas composiciones, las adquiere para tenerlas en su taller y que aprovecha para desarrollarlas en su obra, en sus trazas, transformándolas, de tal manera que puede hablarse de un estilo vallejiano".

Obras fuera de Burgos. En su investigación, René Jesús Payo ha encontrado obras arquitectónicas que se deben a la mano de Juan de Vallejo, como es el caso de la iglesia de Segura (Guipúzcoa), "que es una de las iglesias más monumentales que hay en el País Vasco; muy posiblemente sea el origen de las grandes iglesias columnarias de planta de salón del País Vasco". También ha confirmado su intervención en el claustro de Santo Domingo de la Calzada, la iglesia de Cubillo del Campo, la de Navarrete... También hay atribuciones, otra de las aportaciones de la obra editada por la Fernán González.

Destaca Payo que no sólo es importante la obra arquitectónica de Juan de Vallejo, sino la influencia que tuvo a la hora de configurar la estética funeraria burgalesa. "En los años centrales del siglo XVI los sepulcros burgaleses son todos vallejianos siguiendo los modelos de Juan de Vallejo". No en vano, el arquitecto tuvo un gran taller "que en algunas ocasiones pudo estar configurado por unas cien personas entre oficiales y aprendices. Su legado es importante en figuras como los Castañeda, que dejarán su impronta a finales del XVI y que darán el tránsito a la arquitectura del pleno renacimiento a la manierista herreriana".

Aunque siempre se ha considerado burgalés, no se sabe a ciencia cierta su lugar de nacimiento, pero René Jesús Payo sugiere que pudo ser, en efecto, en Burgos, pero en el norte de la provincia, en el Valle de Mena y más concretamente en Vallejo de Mena, aunque se trasladara muy joven a la capital y entrara en contacto con los Colonia.