Ya les ocurrió a los bares, cafeterías y restaurantes al principio del verano y ahora el problema se ha trasladado también a los alojamientos. Los hoteles no encuentran trabajadores cualificados para cubrir sus necesidades ante la fuga de profesionales a otros sectores.

El presidente de la Asociación de Hoteles de la Federación de Hostelería de Burgos, Luis Mata, confirma las dificultades y explica que es «un fenómeno que está pasando en todos los sectores más afectados». La explicación que ofrece Mata es que una crisis de larga duración como la que han sufrido en todo el sector de los viajes deja consecuencias mucho más allá del momento puntual de bajada de ingresos. Hay que recordar que, por ejemplo, los establecimientos hosteleros de la capital burgalesa sufrieron durante más de 200 días el cierre de sus interiores, el máximo de toda Castilla y León.

«Mucha gente que lo ha pasado mal durante los ERTE y la pandemia, como ha sido un proceso muy largo se ha rehecho su carrera laboral». Ante la incertidumbre de no saber cuándo iban a normalizarse los viajes, las pernoctaciones fuera de casa y en definitiva la actividad hostelera, muchos se pasaron a otros sectores: «Los que trabajaban en la recepción, por ejemplo, se han recolocado en trabajos de administración de otro tipo. O los camareros que ya tenían un tiempo o una experiencia se han acabado pasando a la construcción», apunta el presidente de los hoteles.

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