Iberdrola ganó 1.845 millones de euros entre enero y junio, un 12,2%% más, y aceleró sus inversiones hasta alcanzar 3.582 millones de euros en el primer semestre, un 2,3% más que en el mismo período de 2019 y a pesar de la situación de confinamiento por la COVID-19, que hizo que recogiera un impacto negativo de 153 millones de euros.

 El beneficio bruto de explotación (Ebitda) del grupo ascendió a 4.918,2 millones, un 1,4% inferior al registrado en los seis primeros meses del año anterior, con crecimiento en los negocios de renovables (+5,3%) y generación y clientes (+14,3%) y menor aportación del área de redes (-10,6%). Por su parte, el resultado bruto de explotación ajustado (Ebitda ajustado), resultante de eliminar los impactos de la pandemia sobre este concepto (157 millones de euros), creció un 4,2%, hasta los 5.075 millones.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, valoró estos seis meses y afirmó que «avanzamos firmes en nuestro compromiso de invertir 10.000 millones de euros en 2020, demostrando que la vía para una recuperación rápida y sostenida es la economía verde».

En lo que se refiere a la gestión de la pandemia, Iberdrola puso en el centro a todos sus grupos de interés. Los protocolos de actuación del grupo ante la COVID-19 fueron los primeros certificados por AENOR a nivel mundial y la tasa de incidencia de la enfermedad entre sus empleados es mucho menor que la media de los países donde está presente.

En cuanto a los proveedores, la firma adelantó pedidos por 7.000 millones en el semestre, con lo que da visibilidad a una cadena de suministro que genera 400.000 empleos en todo el mundo.

Accionistas. Mientras, los accionistas se han visto beneficiados de una retribución con cargo a 2019 de 0,40 euros por acción, una vez puesta en marcha la nueva edición del programa Iberdrola Retribución Flexible con el que recibirán 0,232 euros brutos por acción en agosto en concepto de dividendo complementario. De este modo, se completan los 0,168 euros brutos por título pagados el pasado mes de febrero. Todo ello, evitando el efecto dilutivo a través de la ejecución del programa de recompra de acciones propias, para mantener el capital social en 6.240 millones de títulos.

Estos resultados muestran la resiliencia del negocio, incluso después de que la pandemia haya tenido un impacto en su beneficio operativo neto (EBIT) de 228 millones de euros y en su balance neto, de 153 millones de euros.

Las inversiones previstas de hasta 10.000 millones en el ejercicio, la nueva capacidad puesta en marcha en el año, los rate cases de Brasil y Estados Unidos y el continuo ahorro de costes y mejora de la eficiencia hacen que Iberdrola pueda reafirmar sus previsiones para final de año, en un entorno aún incierto como consecuencia de la COVID.