La caída de las reservas de agua, tras el declive de Clunia

I.M.L.
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Los investigadores trabajan con la hipótesis de que las obras del famoso teatro romano afectaran al nivel hídrico, como respaldan los indicios hallados en la última incursión realizada en Cueva Román

La toma de imágenes subacuáticas se realizaba desde una barca. - Foto: gte universidad de zaragoza

La reducción del suministro natural de agua de Clunia, a través de Cueva Román, pudo ser una de las causas que propiciaron el declive de esta cuidad en época romana. La exploración del subsuelo de la colonia está arrojando infinidad de datos para conocer detalles sobre la evolución de este importante asentamiento. Desde que el Grupo de Tecnologías en Entornos (GTE) hostiles de la Universidad de Zaragoza empezase sus expediciones en Cueva Román en 2014, el material recabado ha llevado a los arqueólogos a ampliar los conocimientos sobre este yacimiento romano. En su incursión de este verano, sobre cuyo informe definitivo están trabajando, aprovecharon para continuar con el establecimiento de los niveles de agua en la cueva, que abastecía a la ciudad, con el fin de aportar pruebas para apoyar las hipótesis arqueológicas.

«Pensamos que el nivel de agua actual no es el mismo que en época romana, creemos que entonces estaba un metro y pico por encima del nivel actual», constata José Luis Villarroel, responsable del GTE de la Universidad de Zaragoza. Una estimación basada en los paleoniveles, que son «indicios de hasta dónde llegó el agua en época romana», básicos para aportar detalles sobre la evolución de la ciudad ya que, como explica Villarroel, «si los romanos sacaban agua de la cueva, tenemos que saber cuánta agua había y los arqueólogos están convencidos de que hubo un evento que hizo que ese agua bajara, lo que afectó bastante a la vida de la ciudad porque al haber menos agua hay problemas».

Las pruebas arqueológicas llevan a apuntar que la construcción del teatro afectó a la reserva hídrica. «Hay coincidencias que parecen indicar que cuando se hizo el teatro, cuyas gradas están cortadas directamente en la roca, pudieron llegar a romper una vena de agua de la cueva, lo que pudo suponer un progresivo vaciado de la misma», expone Villarroel, recordando que la construcción del teatro coincidió en el tiempo con el cierre de una de termas de la ciudad.

Además de avanzar en esta línea de investigación, los expertos del GTE de la Universidad de Zaragoza han comenzado este año el estudio de las zonas de la cueva que permanecen inundadas. Una exploración subacuática que se está realizando a través de cámaras de vídeo con luz para grabar el fondo con dos objetivos: evitar destruir cualquier vestigio que pueda ocultar la masa de agua y lograr imágenes nítidas, porque la entrada de buzos remueve el barro y enturbia el agua.

A estos trabajos, el GTE ha sumado los esfuerzos para localizar nuevas galerías de Cueva Román, de la que solo se conocen dos kilómetros de recorrido pero piensan que puede tener el doble, al menos. «Este año hemos bajado a una sima que está alejada y que se encontraba cegada por escombros, basura, cadáveres de animales,...», apunta Villarroel, que asegura que ha sido un trabajo duro pero que ya ha empezado a dar resultados porque han encontrado algunos vestigios interesantes.