Viaje a la ciudad de hogazas y alfajores

R.E. MAESTRO
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El obrador de Sasamón reabrió a principios de año gracias a unos emprendedores argentinos y ahora amplía negocio. Desde allí saldrán cada día los productos hacia su primera tienda en Burgos

Gisel Juárez muestra en la tienda de Masamón en Burgos, abierta esta semana, los diferente productos que se elaboran en la villa. - Foto: Alberto Rodrigo

Quien los prueba, repite. Los productos de Elaborados Masamón no dejan indiferente a nadie, pero llegar hasta ellos se presumía complicado para muchos hasta ahora. El deseo de aquellos que tantas veces han pedido a los dueños que cuenten con otros puntos de venta más allá de Sasamón se ve por fin cumplido. El obrador arrancaba de nuevo a comienzos de 2021, tras años cerrado, gracias a la iniciativa de dos matrimonios argentinos y su éxito les permite en este momento aumentar la producción al extenderse a la capital con una nueva tienda, hasta donde viajarán a diario todas las delicias procedentes de la villa.

«Cada vez que venía alguien de Burgos a comprar nos decía que teníamos que estar en la ciudad también», comenta Gisel Juárez, que se encarga desde esta misma semana de atender la tienda de la capital, ubicada en Pasaje del Mercado, 2. El horario será únicamente de mañana y cada día acudirá a primera hora hasta la ciudad con todos los productos ya hechos, mientras por la tarde estará en el obrador del pueblo. Precisamente en la pastelería de Sasamón se quedarán tanto su pareja, Agustín Porta, como el trabajador con el que cuentan desde el principio, Juan. Ellos elaborarán los productos y atenderán a los clientes, aunque durante los fines de semana o festivos necesitarán también ayuda puesto que hay una gran clientela. Ahora se han quedado ellos al frente del negocio, ya que el otro matrimonio que empezó esta aventura, formado por Evangelina y Luciano, se marchó a vivir a Valencia.

Los encargos se han multiplicado y también ahora hacen repartos más allá de Sasamón en diferentes establecimientos y colegios de Melgar de Fernamental y Villadiego. La idea pasa por distribuir también por los pueblos de alrededor en el futuro y poder generar con ello más puestos de trabajo. «Ojalá podamos abarcar la comarca», comenta Juárez. Han evolucionado durante este tiempo y se han adaptado a los gustos de sus clientes, incorporando las hogazas, al tratarse de «un pan que gusta mucho aquí. También lo estamos llevando a la gasolinera de Olmillos», añade.

Ofertan una gran variedad de productos argentinos y españoles, donde triunfan especialmente las empanadas con masa de hojaldre, las tartas de bizcocho, las tejas o los alfajores. Y con gran demanda se han incorporado recientemente las rosquillas de anís, que se hacían antes en el obrador, además de una tarta con el queso fresco de Sasamón. Eso sí, están abiertos siempre a sugerencias y suelen elaborar aquellos dulces que los vecinos les encargan.

En el pueblo están muy a gusto y contentos gracias a la gran acogida que han tenido por parte de los vecinos y también de visitantes que no se han querido perder la oportunidad de deleitarse con dulces típicos argentinos, así como otros más tradicionales de tierras burgalesas. Se han adaptado a la vida de la localidad y, de hecho, su hijo Sebastián, de cuatro años, «es el nieto del pueblo. Todo el mundo le conoce y le quiere cuidar, así que nosotros estamos encantados».