Pinceladas con objetivo itinerante

S.F.L.
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La artista Leyre Noriega muestra una colección de 26 obras en la sala de exposiciones del HUBU durante todo este mes. Su afición a la pintura comenzó cuando tan solo era una niña

Leyre Noriega lleva desde pequeña plasmando con pintura las diferentes etapas de su vida. - Foto: Alberto Rodrigo

Cuando Leyre Noriega agarra sus pinceles, su cerebro se relaja, se desconecta del mundo y comienza a dar rienda suelta a su imaginación. La soledad resulta su mejor aliada. Dibujar la ayuda a evadirse por un tiempo de la realidad, estimular su creatividad y conectar con ella misma.

Esposa y madre de tres hijos, desde muy joven se ha dedicado a la familia y desde entonces aprovecha sus ratos libres para disfrutar de su pasión. Gracias a las ganas y la ilusión que tiene por lo que hace, ha conseguido que su colección artística se exponga en la sala de muestras del Hospital Universitario (HUBU) en noviembre.

La afición la arrastra desde que era una niña. Nació en un pueblo de Guipúzcoa pero se trasladó a La Bureba de muy pequeña. Vivió unos años en Briviesca y después en Miraveche, hasta que conoció al que hoy es su marido, y por él, regresó a la capital burebana. Estudió en el colegio San Salvador de Oña, donde comenzó a desarrollar su habilidad con el color. Desde pequeña apuntaba maneras y acompañaba a su padre a clases de pintura a Miranda de Ebro. Una vez instalada en la ciudad, se matriculó en talleres para adquirir conocimientos en diversas técnicas. Comenzó pintando óleo, retratos, pero pronto se dio cuenta que su personalidad la empujaba a practicar otros estilos y trabajar con nuevos materiales como pinturas al agua, americana, acrílico o cera.

La perfección no la caracteriza, la lleva al estrés y lo que Noriega persigue mientras traza se traduce en una palabra, relax. Desde joven soñaba con ver algún día sus obras colgadas en la pared de un museo o sala y tras mucho esfuerzo, su ilusión se ha hecho realidad.

Ese deseo activó su cabeza y creó una colección de arte. A partir de entonces, dejó de regalar sus cuadros y comenzó a recopilar trabajos. Es la primera vez que participa en una exposición en solitario y el objetivo que persigue es que no quede ahí. «Tengo la intención de que mis trabajos puedan verse en otros lugares y ciudades, quiero que esto se convierta en una muestra itinerante y que no quede solo en Burgos», declara la artista.

Color Natural, compuesta por 26 obras, podrá visitarse durante todo el mes de noviembre. La colección se caracteriza por el uso del color. Los cuadros representan distintas etapas de la vida de la mujer, una época que ella califica como «muy colorida y alegre» y pueden verse tanto paisajes como obras más abstractas. Se aprecia su trayectoria como pintora, desde que se trasladó a Briviesca hasta hoy en día.

Otra de las metas que persigue es conseguir vivir de la pintura. Los comienzos no son fáciles pero Leyre Noriega considera que ha dado un paso muy grande al poder exhibir sus trabajos en el HUBU. «¿Quién sabe? Quizás algún experto en arte se interesa por mis cuadros y me propone algún proyecto», afirma Noriega. Lo que esta vasca, burebana de adopción y briviescana de corazón tiene claro es que «los sueños están para cumplirse».