Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Monos es más...

21/06/2021

El arte nos distingue de los monos. Está en nuestra condición. Como el aguijón en la del escorpión que mató a la rana. Incluso tanto como la razón. Puede que más. O el conocimiento. Que también nos habita. Otra cosa es que sea aprehensible. Que no lo es del todo. O que un mural en una medianera en el número cincuenta y dos de la calle Fernán González merezca tanto aprecio como desprecio un trazo furtivo de spray negro apenas unos metros y unos días más abajo. En el viejo Asador de Aranda. La obra que sí que es. La que no. La que pone en valor a la catedral. La que se lo quita tanto como el alabastro que abochorna el exterior de los huecos de luces de la capilla de los Condestables. El reconocimiento de mercado que merece la marca Monkey Bird. El chorro a presión de arena y agua que permite la depuración municipal casi genocida de los sin firma. La aprobación de Icomos versus el ácido corrosivo de sus vómitos. Belleza. Discurso. Reconocimiento. La esencia de la condición artística no se fundamenta en lo clásico. Ni en lo contemporáneo. Tampoco en la crítica especializada. Ni tan siquiera en toda la serie de permutaciones y variaciones que pueden construir las tres. Explicarla desde cualquiera de estas posibilidades niega la capacidad de emocionar a todo aquello que no es académico, conceptual, o está de moda. También alimenta los estómagos funcionarios de la UNESCO. La masa madre de toda intención artística ha de encontrarse en otro lado. De hecho está en otro lado. El Moisés de Miguel Ángel. El Guernica de Picasso. Cualquier Sin título de Basquiat. También las puertas de Antonio López. Yo destruyo los cajones del cerebro y de la organización social. Ha escrito Tristan Tzara. No puedo estar más de acuerdo. La esencia de la condición artística reside en la transgresión. El hombre que se plantea ordenar sus pensamientos y, a la vez, desconcertar los límites impuestos. Exactamente lo contrario a lo que sucede en un grafiti cuando deja de ser furtivo. Como el nuevo de Fernán González. La garza custodio encima de la etiqueta de la marca de anís más famosa de Badalona. Y qué. Yo me quedo con los otros. Los que lava con lejía el señor de la Rosa, don Daniel. Al menos tienen riesgo de multa...