La A-73 está llamada a cambiar la vida del noroeste de la provincia de Burgos, ya que conectará la capital con el municipio palentino de Aguilar de Campoo, ahorrando varios minutos de trayecto y mejorando un viaje que actualmente debe hacerse por la N-627. Los ciudadanos de las dos provincias afectadas, especialmente los que esta vía incidirá más en su día a día, llevan años reclamando su construcción, que se está dilatando más de lo que estos desearían.Sin embargo, hace unas semanas el Ministerio de Fomento sacó a información pública el proyecto del tramo entre Quintanaortuño y Montorio, de 11,7 millones de euros y con un presupuesto base de licitación de 92 millones de euros.
Los trabajos se iniciarán una vez el Estado cuente con la liquidez suficiente para afrontar la obra y se hayan completado todos los procesos de expropiación de fincas cercanas, todas de naturaleza rústica, y que en el caso de este tramo ascienden a 250. Los afectados son principalmente burgaleses a título particular o a través de sociedades anónimas, pero también están afectados Ayuntamientos, Parroquias, la Junta de Castilla y León y el propio Ministerio de Agricultura,Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
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