Los pueblos apuestan por abrir las piscinas este verano

I.P.
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La mayoría de los alcaldes se muestran optimistas «tras un año muy duro» y confían en el avance de la vacunación hasta julio para mayor seguridad, aunque están a la expectativa de las decisiones de las autoridades sanitarias

El alcalde de Arcos, Francisco Javier Castillo (i.), con los ediles Sebastián Fichte y Jesús Sendino en la piscina grande. - Foto: Alberto Rodrigo

«Esperamos poder abrir». Es la frase que primero lanzan los alcaldes de los pueblos de la provincia con piscinas cuando se les pregunta si este verano abrirán sus puertas para que los vecinos y veraneantes puedan disfrutar de un chapuzón y tumbarse a tomar el sol. La mayoría de los municipios pequeños con estas instalaciones el pasado año optaron por la prudencia y las mantuvieron cerradas, ante la falta de personal y medios para cumplir los protocolos; en esta ocasión, aun a la expectativa de cómo va evolucionado la incidencia, se muestran más optimistas y no porque la situación sea mucho mejor que en junio o julio del pasado año, sino porque «sabemos más» y, sobre todo, «porque abrir las piscinas es un paso hacia la normalidad, que es lo que necesitamos ya después de este año tan duro», argumentan muchos de los alcaldes consultados, que también confían en que la vacunación siga avanzando al ritmo que pronostican los responsables sanitarios, lo que consideran que es una garantía para que la población vaya recuperando «cierta normalidad, hábitos y actividades perdidas».

Dando por hecho que las localidades que el año pasado ‘se arriesgaron’ a abrir sus piscinas -las de mayor población y recursos-, este año harán lo mismo, las miradas se centran en los pueblos más pequeños. Sus alcaldes reconocen que sus vecinos también les preguntan y prácticamente en todos los casos ya están pensando en ir ejecutando esas pequeñas labores de mantenimiento que requieren para ponerlas a punto. En algunos casos se está pendiente de finalizar en tiempo las obras de mejora, así como en preparar los pliegos de condiciones para adjudicar su gestión conjuntamente con la del bar en el caso de ir ambas en el mismo paquete. 

Briviesca fue el pasado año uno de los grandes municipios que no abrió sus piscinas. En principio, este verano apuestan por el sí, «si se puede», matiza su alcalde, Álvaro Morales, que recuerda que actualmente están en obras y no será hasta primeros de junio cuando finalicen las de los vestuarios. Además, con la reforma integral que se ha llevado a cabo se ha ganado espacio de césped para asegurar mejor el cumplimiento de los aforos, porque todos dan por hecho que las autoridades sanitarias sacarán, cuando llegue el momento, medidas para cumplir todos los protocolos de seguridad, distancias e higiene.

El regidor recuerda también que con la reforma, el bar tiene acceso desde el exterior y que cuenta con dos terrazas, una garantía más para evitar la propagación de contagios. Sus vecinos de Poza y Oña están en la misma onda y apuestan por abrir este año. Además pretenden ponerse de acuerdo, como también hicieron el año pasado para mantenerlas cerradas y evitar que abriera 1 ó 2 pueblos, lo que hubiera supuesto desplazamientos masivos a esos lugares y más riesgo de contagios.

José Tomas López, de Poza de la Sal, afirma que se inclina por el sí, aunque reconoce que la decisión del Ayuntamiento no está aún tomada, y también habrá que tener en cuenta qué medidas hay que aplicar para ver si compensa su apertura. También confía en el avance de las vacunas.

Arturo Pérez, alcalde de Oña, se expresa en términos similares. Su intención es abrirlas «pero tampoco vamos a correr riesgos», adelanta, «porque lo primero es la seguridad de la gente». Es consciente de que la evolución de la incidencia es el factor a tener en cuenta, pero también de que Oña podrá cumplir con todos los protocolos, «y si es necesario establecer horarios, programación y lo que sea preciso, se hará». En la comarca, el año pasado solo abrieron las de Busto.

En Merindades también hay optimismo respecto a la apertura de las piscinas «con garantías de seguridad». Alfredo Beltrán, alcalde de Nofuentes afirma que este año abrirán y que el avance de la vacunación ayuda a tener una mayor tranquilidad, además de que tienen espacio suficiente para cumplir con las distancias que se puedan imponer, al igual que en el recinto del bar. En todo caso, si para mayor seguridad fuera necesario no se adjudicarían y las gestionaría el propio Ayuntamiento, dice. Algo más pesimista es José Antonio Gutiérrez, alcalde de Quincoces de Yuso, en el Valle de Losa, que añade que aún no está tomada la decisión pensando en las evidencias de los contagios en estos momentos, aunque también confía en los avances de la vacunación. Añade que la gestión la sacarían a concurso, aunque muestra su temor de que ante la situación actual, nadie quiera cogerlas. La intención del Consistorio de Trespaderne es también abrirlas.

En Espinosa de los Monteros también son optimistas de cara a abrir este año para toda la población en general, porque el año pasado solo fue para socios con carné. Aunque el alcalde, Raúl Linares, dice que aún no se ha decidido, la impresión es que no habrá problemas y se sacaría la gestión del bar, porque las piscinas las lleva directamente el Consistorio. 

En la comarca del Arlanza, tan solo se disfrutó de piscinas el año pasado en Villamayor de los Montes, y también lo harán este año. A ellas tiene intención se sumarse la mayoría de localidades. La alcaldesa de Lerma añade que ya se están haciendo reformas importantes para cumplir con todos los protocolos, como es el acceso directo al bar. En Quintanilla del Agua también quieren abrirlas este año y recobrar la normalidad perdidas; en Vlllafruela están pendientes de ejecutar una obra, y en dudas están a día de hoy en Cilleruelo de Abajo, según su alcaldesa.

En Villalmanzo no se abrirán, pero no por la covid, sino porque se están ejecutando importantes obras de subsanación de deficiencias y el alcalde, Fermín Tejada, cree que no estarán terminadas para el verano. Se ha hecho una primera fase y se está en la segunda, con un coste de 100.000 euros. 

Los más reacciones se muestran los alcaldes de Santa María del Campo y Tordómar. El primero, Dositeo Martín dice que no se abrirán si la situación sigue como ahora porque no cree que se den aún las circunstancia ni lo ve correcto, mientras que Inma Sierra se mantiene con dudas, aunque lo que sí tiene claro es que no se dejará presionar porque abran otros pueblos de la zona; asegura que no quiere precipitarse en esta decisión y solo se abrirán si se pueden cumplir todas las medidas y no hay riesgo para la población. Torresandino se inclina por abrir este verano también, aunque la decisión final no está tomada; el alcalde, Alberto Val, entiende que este año se sabe más de la covid, como combatirla y se confía en la vacunación. En este caso, la gestión de las instalaciones es municipal. 

Castrojeriz y Melgar de Fernamental, en la comarca Odra-Pisuerga, también abrirán sus piscinas este año después de que no lo hicieran en 2020, según explican sus alcaldes, mientras se mantiene la duda en Sasamón donde el aún alcalde, Amando Calzada, dice que no se pronuncia ya que, según él mismo ha decidido, está pendiente de presentar su dimisión. Si así fuera, la decisión quedaría en manos de los grupos municipales de Ciudadanos y de Vox. 

Villadiego, que abrió el año pasado, también lo hará este año, según confirma su alcalde, Ángel Carretón. La misma situación se da en la zona de Pinares, donde el verano pasado hubo piscinas Quintanar de la Sierra, Vilviestre, Salas de los Infantes y Palacios, que volverán a preparar sus instalaciones para abrir con todos los protocolos. Paco Azúa, alcalde salense, recuerda que ya ha sacado a concurso la adjudicación y que tiene un aforo grande, de 1.500 personas.

Pradoluengo se ha animado y va a sacar a concurso la gestión, tras aprovechar el parón del verano pasado para invertir algo más de 30.000 euros en cambiar el revestimiento del vaso. 

En el Alfoz de Burgos se descarta abrir en Arlanzón, pero no por temor a los contagios, sino por las deficiencias en las instalaciones que no se solventarán antes del verano, explica su alcalde, que añade que el problema está en que se han levantado todas las baldosas de las piscinas y están negociando con la empresa porque aún están en periodo de garantía. Villagonzalo Pedernales abrirá y de hecho acaba de adjudicar su gestión, junto a la del bar-restaurante y la pista de pádel a una empresa de Cantabria.

El Ayuntamiento de la Merindad de Río Ubierna también prevé abrir las piscinas, que se ubican Ubierna. El alcalde, José María del Olmo, explica que está pendiente de unas pequeñas obras y de sacar la gestión de las mismas, y cree que este año se dan mejores condiciones para abrirlas, pese a que los contagios siguen, pero valora el importante avance de las vacunas. 

ARCOS, ESTE VERANO DE ESTRENO

Con las instalaciones finalizadas, el año pasado los vecinos se quedaron con la miel en los labios. Ahora quieren disfrutar de un buen chapuzón

En Arcos de la Llana los vecinos están con ganas de que este verano se abran las piscinas, que recién acabadas el año pasado, no pudieron inaugurarse por la pandemia. Este año se estrenará el nuevo recinto, con mucha ilusión y cumpliendo las medidas que exijan las autoridades sanitarias. El Ayuntamiento ya ha aprobado el reglamento de utilización y gestión que está a información pública. 

La gestión del complejo será con personal municipal, y se sacará a concurso la explotación del bar-restaurante, explica el alcalde de la localidad, Francisco Javier Castillo, que destaca el magnífico proyecto que se ha construido junto a la carretera de Burgos, con mucho espacio de césped para tomar el sol, zona de juegos y plantaciones para crear zonas de sombra, aunque este año, de momento, habrá poca. Incluso, la estética exterior del edificio de las piscinas es llamativa, con un estilo vanguardista y con mucha luz hacia la zona de hostelería, que tiene 125 metros cuadrados y cuenta con dos terrazas.

En cuanto a los vasos son dos, uno de chapoteo, de 50,56 metros cuadrados y una profundidad de 0,50 metros, y otro compuesto por una zona ‘zero entry’ de 27,27 metros cuadrados, y 0,30 metros de profundidad, y otra zona de nado de 388 metros cuadrados y profundidad media de 1,40 metros. También destacan los vestuarios, con sus respectivos aseos -con lavabos y duchas adaptados para minusválidos-, botiquines, zona de control y almacén, todo ello en la planta baja. Las piscinas y los edificios se ajustan a criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. La inversión ha rondado el millón de euros.