Resulta que esta semana la Denominación de Origen Ribera del Duero ha lanzado una campaña con la que da voz a los que califica como ‘héroes’ de la comarca. Héroes, eso sí, de carne y hueso: desde enfermeros rurales hasta profesores y científicos. Ribereños que, en distintos ámbitos, contribuyen al progreso de todo un país e, incluso, del mundo. 
Porque sí, en Aranda y la Ribera del Duero hay mucho talento. Aunque a veces pase desapercibido. Aunque no copen tantos titulares, permanezcan alejados de ciertos focos, trabajen con absoluta discreción y unos recursos más que mermados porque en este santísimo país la inversión en ciencia se sigue percibiendo como un gasto. Entre esos ‘héroes’ se encuentra César Marina, a quien desde la DO definen como un «absoluto portento». ¡Cuánta razón! 
En unas condiciones más complicadas de lo normal, que ya es decir, este arandino de 30 años, con raíces en Valdeande y Espinosa de Cervera, viajó hace unos meses por segunda vez a la Antártida para analizar la calidad de su aire con novedosas técnicas láser. 
Esta misma semana hemos conocido que otro ribereño, también procedente de Valdeande, ha sido nombrado como uno de los 1.800 mejores investigadores del mundo. ¡Ahí es nada! Quédense con su nombre: Miguel Ángel del Pozo. Sólo 83 españoles habían conseguido este reconocimiento hasta ahora. 
Ambos marcan un camino esencial. El de los héroes discretos, apasionados, trabajadores y rigurosos entre tanto ruido y mediocridad política. Brindo por ellos y por que sigan llevando el nombre de la Ribera del Duero por todo el mundo. ¡Salud y ciencia!