Arte frente al vandalismo

R.E. MAESTRO
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Murales y pintadas bonitas ganan cada vez más espacio en las calles de la ciudad para hacer frente a unos garabatos que «hartan» a los vecinos que los sufren en sus propiedades y tienen que estar limpiando continuamente

Por la calle Juan de Padilla podemos ver murales en edificios y al lado garabatos. - Foto: Christian Castrillo

Los grafitis están muy presentes por toda la ciudad y solo hace falta levantar la mirada para comprobar que en cualquier fachada o mobiliario urbano hay unos cuantos. Sin embargo, aquellas pintadas realizadas por verdaderos artistas nada tienen que ver con esos garabatos que, más que decorar, lo único que hacen es ensuciar y también enfadar a los vecinos que los sufren en las proximidades de sus viviendas de manera continua. Del arte al vandalismo, o mejor dicho, el arte como única solución frente al vandalismo.

No hace falta buscar callejones o lugares demasiado escondidos para comprobar que las pintadas de mal gusto proliferan por todas las calles. Basta con comprobar que las brigadas del Plan de Empleo Local han tenido que limpiar en tan solo seis meses más de 500, lo que supone hasta 278 metros cuadrados. Esas ‘gamberradas’, que sirven de diversión para algunos, no han frenado ni en tiempos de pandemia. Y en el casco histórico, una de las decenas de zonas donde se producen con frecuencia, sus vecinos denuncian que la situación resulta insostenible y que continuamente tienen que estar llamando para que acudan a limpiar sus puertas, ventanas, fachadas…

«He puesto la puerta hace un mes y ya la hemos tenido que volver a pintar cinco veces, de hecho, el día que la pusimos por la tarde ya estaba manchada», relata Nuria en la calle Hospital de los Ciegos. Reconoce que quienes residen en la zona están cansados de esta situación. Tanto es así que los autores de un gran muro a tan solo unos metros de su propiedad ya les han propuesto realizar una obra similar en su fachada. Se muestra «encantada» con poder llevar a cabo esta iniciativa y espera que les den permiso para poder realizarlo, puesto que lo prefieren «antes de tener aquí todas esas firmas».

La imagen de espacios atacados por los vándalos del espray se repite avanzando por Las Llanas, Venerables, Reyes Católicos… Locales que llevan un tiempo cerrados o proximidades de los garajes se convierten en el principal objetivo, pero bancos e incluso árboles tampoco se libran. Por ello, la única alternativa que han encontrado muchos es apostar por que el arte urbano se adueñe de amplios espacios para que no quede ni un solo hueco destinado a los garabatos.

Contemplar esas obras artísticas, que se tardan varias horas en realizar y en las que se cuidan al máximo los detalles, sí supone un verdadero placer. Y así lo afirman quienes a diario tienen que verlas. Encontramos una gran variedad a lo largo y ancho de la ciudad, desde la propia calle del Hospital de los Ciegos, al Bulevar, Gamonal e incluso Fuentes Blancas. También con una gran variedad de motivos, aunque con mucha presencia de paisajes y del Camino de Santiago, ya sea con conchas o peregrinos.

Circulando por la BU-V-5029, junto al barrio San Cristóbal, encontramos un ‘recorrido’ de varios metros a través de varios edificios que sigue el camino que va desde Roncesvalles a Santiago de Compostela. Julián, vecino que vive en uno de esos bloques, comenta que le parece «maravilloso» que luzca así y detalla que «a mí un grafiti bien hecho me encanta, pero no cuando empiezan a poner letras y cosas de esas». Caso llamativo y que sirve para ejemplificar la realidad de muchos barrios lo encontramos al observar el exterior del centro cívico Río Vena manchado de pintadas y a tan solo unos metros se puede disfrutar de originales murales de gran tamaño tanto en la plaza  Pedro Maldonado o en la calle Batalla de Villalar. Como vemos en las imágenes que acompañan a este texto, los ejemplos de grafitis vandálicos no son pocos y cubren la ciudad, pero el arte se va abriendo paso con mucha fuerza.