Rompen las lunas y espejos de cinco coches en San Esteban

I.E.
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Los hechos se produjeron en la madrugada del sábado y los afectados sospechan que los autores patearon los cristales de los automóviles para fracturarlos. La Policía Nacional los busca

Investigan la rotura de las lunas y espejos de cinco coches junto al Arco de San Esteban.

A Daniel le tocaba madrugar el pasado sábado para incorporarse al turno de mañana en la fábrica en la que está empleado. Se levantó a eso de las 4,30 horas en su domicilio de la calle Fernán González y 20 minutos después se encontraba abriendo la puerta de su coche, aparcado junto al Arco de San Esteban. Antes de sentarse en el asiento del conductor no se había percatado de nada, pero al hacerlo se dio cuenta de que «había muchísimos cristalitos desperdigados» por el habitáculo. Alzó la vista y observó que la luna del coche estaba fracturada. No fue el único automóvil que fue objeto de la ira de los vándalos esa jornada. Otros dos coches más presentaban cristales rotos y en otros dos los retrovisores estaban destrozados. La Policía Nacional ya investiga la autoría de estos hechos.

Esta víctima cree que las personas que provocaron estos daños lo hicieron a base de patadas, porque en su coche se podían observar «las huellas» que dejaron algunos de ellos al pisar por encima. Así que es muy probable que rompieran el cristal delantero de su coche saltando sobre él. Y debieron hacer lo propio con las ventanillas que se cargaron de otro turismo y una furgoneta de pequeño tamaño.

Tras ver lo ocurrido, Daniel telefoneó al servicio de emergencias 112 de Castilla y León, desde donde le recomendaron que acudiera a Comisaría para presentar denuncia y diera parte al seguro. Y así lo hizo horas después. Esa noche tomó el autobús para llegar hasta su centro de trabajo.

A pesar de que los locales de hostelería han de cerrar a la 1 de la madrugada, a las 5 horas del pasado sábado «todavía se oía música por la calle y personas que volvían de botellón». Los vecinos del casco alto temen que con el fin del estado de alarma y la llegada del buen tiempo «se extiendan» las reuniones de jóvenes en torno al alcohol, una práctica que en otras  épocas -y también ahora- desembocan en episodios de vandalismo que traen por la calle de la amargura a los habitantes de esta zona de la ciudad. Por ello solicitan más presencia policial en el entorno, ya que en el pasado «la cosa se desmadró» y se produjeron incluso amenazas y agresiones a los vecinos, alguna de ellas muy grave, recuerdan desde el casco alto.