José Ramón Torres, una vida de maratones

ANA ISABEL ANGULO
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José Ramón Torres ha disputado 52 veces la mítica carrera en una veintena de años y desea seguir compitiendo. Ayer se cumplían 22 años de su primera maratón

El atleta burgalés ha disputado 52 maratones en 22 años. - Foto: Fotos cedida por José Ramón Torres

Trotamundos. Así se puede definir a José Ramón Torres, ‘Josito’. Ha visitado y disfrutado centenares de ciudades en los cinco continentes gracias a las maratones. La carrera atlética, por la que siente pasión, ha sido la excusa perfecta para viajar y a sus 55 años sigue con el ánimo encendido para seguir probando sus fuerzas en 42,195 kilómetros.
Ayer se cumplían 22 años desde que se estrenara en esta distancia. Su primera maratón fue en Madrid. «Lo pagué caro. En los primeros kilómetros iba en los puestos de arriba, pero después me entró un ‘pajarón’ del que me costó reponerme. La pude acabar pero totalmente molido. El precio de la inexperiencia», rememora Josito desde su casa en Burgos donde está pasando la cuarentena.

Desde aquel entonces ha vivido múltiples aventuras. Josito iba para «futbolero. Era el capitán del equipo -El Crucero- y jugaba de extremo derecho con el 7. Era el Juanito del barrio». Una invitación para correr en el cross de su barrio cambió su destino. «Estuve un año compaginando el fútbol y el atletismo y finalmente me decanté por los viajes. Con el equipo iba a Salas, Lerma y poco más y con el atletismo a Madrid y Barcelona», contrasta. Su afán por conocer lugares diferentes fue decisivo para embarcarse en la aventura atlética, siempre en largas distancias.

Dio sus primeros pasos en el Gromber con Benito Peláez, Asunción Antolín, Jesús Puente y Pedro Movillo, entre otros. Después estuvo en dos clubes de Logroño y finalmente fichó por la Real Sociedad, compitiendo al máximo nivel 6 campañas. Regresó a Burgos con el Aranda Incesa, del campeón Noé Álvarez; y cerró el círculo en el Campos de Castilla de Benjamín Álvarez Furones cuando estaban dando sus primeros pasos Tomás Tajadura, Diego Ruiz y Diego Ibáñez.

En estos años de máximo esplendor y en la categoría sénior siguió aprovechando las vacaciones que le daba El Corte Inglés para correr maratones; además con el firme propósito de visitar los cinco continentes. Ya llevaba una treintena y con éxitos.

Los primeros maratones representaban una lucha contra el reloj y con el ánimo de acabar. Por eso cuando en 2000 se retiró en Rotterdam lo pasó muy mal. Veinte años después sigue lamentándolo. «Me arrepiento mucho de no haberla acabado. Estaba mal pero hay que finalizarla. Es una carrera mítica y hay que alcanzar la meta aunque sea cojo». Es la única en la que no ha pisado la línea.

El año anterior había logrado establecer un nuevo récord provincial. «Lo tenía Santiago Manguan en 2 horas, 15 minutos y 18 segundos. Lo había logrado en las Olimpiadas de Montreal y quería bajarlo. Lo logró en la ciudad holandesa con 12/15/11». Rotterdam es un hito en la vida del burgalés.

Josito se muestra especialmente orgulloso por haber sido el primer español en la Maratón de Nueva York en 2000 y de la portada que le hizo un periódico australiano. «Llegué exhausto a la meta, vomitando y caí al suelo, donde me atendió Carmelo de la Fuente, que había corrido descalzo y disfrazado de Jesucristo. Fue memorable».

Miles de anécdotas, aventuras y experiencias jalonan la vida de este atleta burgalés que este año lo pasará en blanco pero volverá a correr cuando la pandemia lo permita porque «la maratón me llena en todos los sentidos».