Cada día de 2020 se registraron una media de 155 bajas

G. ARCE
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Los contagios y aislamientos obligatorios motivados por la pandemia dispararon las incapacidades temporales hasta un 41% entre los trabajadores, un registro histórico y único

El uso de las mascarillas siguen siendo obligatorio en todos los centros de trabajo. - Foto: Jesús J. Matí­as

Nunca, hasta el histórico 2020, se había datado tal aluvión de bajas laborales en la economía burgalesa. Las dos grandes oleadas de contagios, registradas a mediados de marzo y a finales de octubre y principios de noviembre, provocaron cerca de 155 bajas diarias como media entre los trabajadores locales, lo que, visualmente, equivale a la paralización de una fábrica de mediano tamaño cada jornada en la provincia a lo largo de todos los días del año de la pandemia.

Así se desprende de los datos del Informe de Incapacidad Temporal de Castilla y León de 2020, publicado recientemente por la Consejería de Sanidad. En el mismo se constata un incremento del 41% en estas incapacidades, muy lejos del 4,8% de diferencia que hubo entre 2018 y 2019.

En total, se tramitaron 56.021 bajas en una economía con 144.871 afiliados activos en la Seguridad Social durante el pasado año, lo que visualiza la magnitud de la incidencia del coronavirus en el normal funcionamiento de las empresas. Este impacto es extensible a todas las provincias de la comunidad autónoma, que registran incrementos de entre un 66,9% (Zamora) y el 29,4% (Valladolid) hasta cuadrar una media regional del 44,5% en el citado año. En números absolutos fueron 300.515 bajas en el total de la región, a razón de 835 como media cada jornada.

Y es que, lógicamente, según recoge el estudio de Sanidad, los contactos y exposiciones con enfermedades víricas y la infección por coronavirus asociados al SARS tomaron una posición relevante entre los diez procesos más frecuentes registrados en 2020. En este ranking, mantuvieron su relevancia -e incluso se vieron agravados- los procesos más habituales entre los trabajadores activos, los originados por causas músculo esqueléticas (trastornos en la espalda, principalmente) y los trastornos de ansiedad, disociativos y somatomorfos, en este último caso, vinculados también a la enorme tensión social y emocional derivado de un acontecimiento trágico, histórico y de dimensiones mundiales.

Hay que matizar también que los días medios de baja por la covid no superaron los 20 como media, mientras que en el caso de los trastornos músculo esqueléticos y de ansiedad se extendieron hasta los 48 y 74 jornadas como media, respectivamente, según el estudio de la Consejería de Sanidad.

En Burgos hay más hombres afiliados que mujeres, un 55% frente a un 45%, aunque estos porcentajes tienden a igualarse en el número de las bajas tramitadas: 52,2% entre los varones (29.257) y 47,7% entre las féminas (26.764). Ellas fueron más vulnerables a las incapacidades temporales.

Las previsiones para el año actual apuntan a una mejoría aunque, según fuentes empresariales, hasta mediados de año y especialmente en primavera, se registró un fuerte aumento de las bajas, en muchos casos vinculadas a contactos directos con personas del entorno familiar a los que aún no había llegado la campaña de vacunación.

Queda la incertidumbre de la incidencia que tendrá el rebrote de la pandemia que se está produciendo a nivel europeo, donde se registran 300.000 casos de la covid-19 al día, especialmente entre los países donde el porcentaje de vacunación de su población es más bajo, lo que, por ahora, no ocurre en España.

El proceso hasta el alta. Los procesos de incapacidad temporal parten de un reconocimiento médico, generalmente en Atención Primaria.

El reconocimiento del derecho a la prestación económica se realiza por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), previa emisión del parte de baja. Para poder percibir rentas de trabajo durante la duración del proceso es preciso estar afiliado y en alta o situación asimilada al alta y cumplir unos periodos mínimos de carencia en contingencia por enfermedad común.

El alta se produce, cuando tras el reconocimiento del médico, se determina la curación o mejoría que le permite realizar las tareas fundamentales de su trabajo, puntualiza el estudio de la Consejería de Sanidad.

Las altas en Burgos fueron reflejo del incremento de las bajas y se elevaron un 39,4%, a una media de 153 diarias hasta sumar un total de 55.402 a lo largo de todo el año 2020, lo que también supone un registro histórico.