Sus antiguos compañeros los ven como oportunistas, chaqueteros e incluso como tránsfugas y los nuevos presumen de grandes fichajes y de que sus formaciones son cada vez más atractivas para emprender una carrera política. El cambio de bando del PP a Cs del expresidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, o de la que fuera presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, fueron quizá los casos más polémicos de la última campaña a las generales, pero en Burgos también son unos cuantos los  candidatos que, en esta o en otra carrera por las urnas, han decidido cambiar de siglas.

La formación que más se ha significado en incorporar a personas de otros partidos en los últimos años ha sido Cs, que fundamentalmente ha pescado en las aguas del PP, de todos los movimientos surgidos de la antigua Tierra Comunera y recientemente de la prácticamente extinta UPyD.

Prueba de esa labor de captación es que quienes concurren como cabezas de lista de Cs en los tres grandes ayuntamientos de la provincia (Burgos, Aranda y Miranda) militaron en algún momento en el Partido Popular.

Vicente Marañón, que aspira a la Alcaldía en la capital, perteneció al PP entre al menos 1992 y 2008 y antes de recalar en Ciudadanos montó su propio partido, Alianza por Burgos. Francisco Javier Hontoria fue edil de los populares en Aranda, pasó por el CDS y ha terminado en Cs. Y Sergio González, que hasta hace aproximadamente año y medio pertenecía a Nuevas Generaciones, se ha terminado pasando a la formación naranja.

La número dos en la lista al Ayuntamiento de la capital, Rosario Pérez Pardo, también ha cambiado de bando y, tras ser concejala hace dos legislaturas por UPyD, ahora concurre con número dos por Ciudadanos.

Un camino muy similar ha hecho Julián Altable, que también abandonó la formación magenta. Eso sí, antes de sumarse al proyecto de Albert Rivera probó suerte como escudero del también exconcejal de UPyD Roberto Alonso en Progresa Burgos (PorBur). Su currículum no se queda aquí, ya que antes de todas estas aventuras, perteneció al desaparecido CDS y antes al Partido Autonómico Nacionalista de Castilla y León (Pancal). En este último caso, un proyecto efímero del que no se siente especialmente orgulloso.

El secretario institucional de Cs, diputado provincial y alcalde de Castrillo Mota de Judíos, Lorenzo Rodríguez, se ha convertido en una pieza fundamental de la formación naranja. También él fue militante del PP y después del PRCAL. Otro hombre fuerte en el partido es José Ignacio Delgado que, tras estar en Tierra Comunera y en el PCAL se marchó al partido de Rivera. El cambio le garantizó un asiento de procurador en las Cortes y ahora repite como cabeza de lista.

JuliánRuiz, número uno en la lista al Senado por Cs y candidato a la Alcaldía de Salas, ha dado alguna que otra vuelta. Estuvo en el PP, luego en el PCAL y de allí a la formación naranja.

En la lista de Vox al Ayuntamiento de la capital también hay exmilitantes del PP.  Fernando Martínez Acitores, su número dos, fue militante de la formación popular y antes de sumarse al proyecto de Abascal probó suerte en Avanza (una formación de vida efímera). Ana Rosa Hernando, otra ex del PP, ocupa la octava posición en la candidatura.

Pero si hay alguien que tiene el récord de haber desfilado por más partidos ese es Antonio Valverde, ahora en las filas de Vox (es el número 2 en la listas a las Cortes y candidato a la Alcaldía de Modúbar de San Cibrián). El conocido como el camaleón de la política burgalesa tiene un currículum de lo más extenso. De la mano de la antigua UCD fue nombrado responsable provincial de Educación en los albores de la democracia. Eso sí, aclara que «no tuve carné del partido» ni formó parte de ninguna lista.

(Artículo completo en la edición de hoy)