Siempre hay ganas de Parral. Da lo mismo lo que pronostique el hombre del tiempo y lo que diga el carné de identidad. Los burgaleses vuelven a responder de forma masiva a la tradicional jira, que este año ha inaugurado el verano Y para darle la bienvenida como se merece ha salido el sol con todas sus ganas.
Desde bien temprano, familias y grupos de amigos buscaban el mejor emplazamiento, algunos cargados con garrafas de líquidos de indescriptibles colores. Mientras tanto, los peñistas ya habían prendido el fuego. Morcilla, chorizo, tortilla de patata, sardinas, paella... Todo a fuego lento. Más rápido se engullía. Había ganas de Parral.