"Esto puede ser la ruina"

R. PÉREZ BARREDO
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Los ganaderos de ovino no salen de una crisis y se meten en otra. El desplome en la demanda de lechazo, producto estrella, les puede sumir en el desastre. El burgalés Ángel Cantero pone voz a todos ellos

Ángel, sosteniendo un lechazo recién nacido. Tiene más de cuatrocientas cabezas de ovino. - Foto: Patricia

Son balidos lo que se escucha en el espeso silencio de la mañana. Ángel Cantero acaba de ordeñar a sus ovejas, ahora confinadas en el establo. En un rato saldrá a pastorearlas, como todos los días. Pasan de largo las cuatrocientas. "Tienen que comer en el campo, porque sólo con pienso es imposible. Si las dejo en casa comen mucho y eso es la ruina total". El rostro del pastor delata su enorme preocupación. De esta maldita crisis sanitaria nadie sale indemne. Tampoco quienes, como él, viven del ganado ovino. "Esto puede ser la ruina, peor que una guerra", musita. El golpe ha sido, además de inesperado, tremendo. "Ahora que empezábamos a repuntar un poco, que los lechazos valían algo después de la crisis que tanto daño nos hizo... No sé cómo va a terminar todo esto", confiesa alicaído.

El cierre de la restauración les ha hundido. También la imposibilidad de que haya celebraciones familiares o de otro tipo. La demanda de uno de los productos estrella de esta tierra se ha parado en seco. Sindicatos agrarios como Asaja ya han reclamado ayuda a la administración. Pide que se potencie la salida del producto al único canal que ahora está abierto, el de la distribución, ampliando la oferta de lechazos y otros cortes de cordero interesantes para los consumidores. E incluso sugiere que se amplíe en lo posible el consumo en comedores y otros servicios sociales y sanitarios. El objetivo es claro: dar salida a la oferta actual de lechazo, porque por motivos climáticos la paridera de las ovejas se concentra en esta época. "Para los ganaderos, no vender a su tiempo los lechazos supone un coste inasumible de alimentación, y además cuanto más grandes se pagan peor en el mercado", señalan desde Asaja. 

"Necesitamos que nos ayuden, aunque sea haciendo publicidad, animando a la gente que lo compre, que no hay nada más rico que el lechazo de Castilla, que además está ahora muy barato. Ahora los restaurantes están cerrados, pero la gente puede comprarlo, luego lo congelen para comerlo en otro momento. Pero que lo compren, que aprovechen ahora". 

Un lechazo recién nacido entre las ovejas. Un lechazo recién nacido entre las ovejas. - Foto: Patricia

Ángel se mueve con soltura entre el rebaño, por donde corretea un lechazo recién nacido, que se yergue sobre sus cuatro patas aún titubeante. Lo toma en brazos. "Vender, venderemos todos porque a los almacenistas sí les están ayudando. El problema es que lo que te pagan por ellos no es nada. Es un precio tirado. 30 euros, cuando a estas alturas lo normal sería estar vendiéndolos a unos 60", explica el pastor. 

"No podré jubilarme". Esto le va a suponer una cornada económica de aúpa, que posiblemente condicione su futuro inmediato. "Si esto dura mucho será la ruina. Hay que pagar los piensos y me veré obligado a pedir un crédito, como ya tuve que hacer cuando la otra crisis. Y casi no salimos adelante". Con 62 años y toda la vida ctrabajando como pastor, Ángel Cantero -que ya soñaba con jubilarse- lo empieza a ver muy negro. "Si finalmente tengo que pedir un crédito no voy a poder jubilarme, tendré que seguir trabajando para poder afrontarlo. Y esta vida es muy dura. Esta crisis sanitaria puede ser la puntilla para nosotros", admite con dolor. "No sé si la administración ha pensado en nosotros. La verdad es que la situación es la que es. Y está muy fea. Y cuando esto pase, si pasa, a ver. Porque muchos se habrán quedado sin trabajo y el consumo bajará. Y los precios bajarán para que la gente pueda comer. No sé, no sé...".

Los sindicatos agrarios están alertando de esta situación, tratando de poner de relieve la importancia económica y también social del sector ganadero de ovino, que tiene explotaciones muy repartidas por todo el territorio, que sobreviven con márgenes muy ajustados y para las que resulta inasumible afrontar las enormes pérdidas que ya se están empezando a producir. "El lechazo lleva meses, ya años, a unos precios muy bajos, y es justo por estas fechas, en torno a la Semana Santa, cuando tradicionalmente las cotizaciones suben un poco, algo que este año impide la actual crisis sanitaria y económica", sostienen desde Asaja. 

Rebaño de ovejas del burgalés Ángel Cantero. Rebaño de ovejas del burgalés Ángel Cantero. - Foto: Patricia

La central agraria Coag recuerda que Castilla y León es la primera comunidad productora nacional, pero que "la producción de cordero ya cayó más de un 6 por ciento el año pasado y un 12 por ciento el número de sacrificios. En toda España el consumo de carne de ovino se desplomó un 40 por ciento en la última década". Este sindicato sugiere dos posibles alternativas: una, el almacenamiento, "congelando la canal hasta que el tiempo escampe", si bien tanto el inmovilizado como la pérdida de valor, dado que el producto no podría ser vendido como fresco, "supondría un gran trastorno económico". Otra de las soluciones pasaría por el engorde de los corderos para la exportación a los países árabes, "grandes interesados en obtener estos productos, pero ello también ocasionaría los pertinentes gastos añadidos".