Cae un 30% en 10 años la cifra de nuevos conductores

J.D.M.
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Las autoescuelas explican la caída por la baja natalidad y por el cambio en la forma de entender la movilidad pese a que el coste económico de sacarse el carné ha bajado notablemente

Silvia Carpintero (i.) empezó hace unas semanas a dar clases prácticas con Atenea Martínez cuatro años después de apuntarse a la Autoescuela Bulevar. - Foto: Valdivielso

Hubo un tiempo, no hace tanto, en el que sacarse el carné de conducir era casi una prioridad para los jóvenes, los principales clientes de las autoescuelas. Hoy no. O al menos no en la misma medida. La cifra de nuevos conductores, según datos de la Subdelegación del Gobierno, ha caído en Burgos un 30 por ciento en la última década. Entre los 5.224 de 2008 y los 3.726 del año anterior se han ‘perdido’ por el camino casi 1.500. ¿La razón? No solo la baja natalidad, que también, sino sobre todo la nueva forma de entender la movilidad y el cambio en las preferencias del público objetivo. Y eso que el «esfuerzo» económico es significativamente menor.

María T. de la Cruz y Silvia Carpintero (protagonistas del reportaje adjunto en la versión impresa) representan dos perfiles muy distintos del alumnado presente hoy en las autoescuelas. Por distintos motivos, tanto la mujer de 50 años como la joven de 23 han decidido sacarse el carné de conducir en 2019, un propósito de muchos con el año nuevo pero que se desvanece conforme pasan los meses. «El 70% de los que se apuntan en enero luego no vuelven», calcula Atenea Martínez, de la Autoescuela Bulevar, que cree que mucha gente prefiere invertir su tiempo y su dinero en irse de vacaciones a pasarse el verano aprendiendo a conducir.

No solo viajar, también tener un buen móvil parece ser más prioritario entre los jóvenes de hoy en día. «Hay un cambio de ideas», reconoce Miguel Martínez, expresidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, que confirma que ha habido «un bajón progresivo» en el número de nuevos conductores, aunque «llevamos tres años estables» pese al descenso en 2017 por la huelga de examinadores.

Para Alfredo González, de la Autoescuela 2000, al bajo índice de natalidad se une la marcha de la población inmigrante que hace unos años palió la caída de alumnos, por eso ve difícil que el negocio remonte «en un corto periodo de tiempo» pese a que, asegura, «sacarse el carnet ahora está muy barato» y, estima, puede rondar «los 750 euros» con una media de 20 clases y «aprobando todo a la primera», remarca.

Hay ofertas agresivas y el esfuerzo económico ya no es tanto, expresa González, que lamenta que «estamos trabajando a coste, a veces hasta perdiendo dinero». Lo refrenda Atenea Martínez, que denuncia que algunos precios rozan «el límite de lo desleal», sin embargo, augura futuro las autoescuelas. «Desde hace 20 años llevan diciendo que van a desaparecer, pero pueden sobrevivir», aunque admite que «cuesta encontrar» profesores de autoescuela y por eso llegan a Burgos profesionales hasta de Andalucía.

Aunque el transporte y la movilidad urbana han cambiado sensiblemente, sobre todo en las grandes ciudades, donde la gente prefiere ir en metro, en patinete, en bicicleta o en vehículo compartido, «la persona tarde o temprano se acaba sacando el carné», asegura Miguel Martínez. Y Atenea Martínez ve «importante hacerlo a los 18». «Luego viene gente diciéndote que lo necesita en un mes por trabajo, pero en ese tiempo es prácticamente imposible», cuenta.

Ambos, además, ven necesario acudir a las clases teóricas para «salir bien preparado a la carretera». «Puedes aprobar memorizando tests, pero la sensibilización y la educación vial la transmite el profesor en el aula», valora el expresidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas.