Las críticas se suceden desde el primer instante de su entrada en funcionamiento. La nueva rotonda de la plaza de La Cadena no convence a casi nadie. Quizá porque los cambios cuestan. Porque muchos van a tiro fijo. O porque la paciencia escasea. Sea como fuere, esta reordenación del tráfico en Aranda de Duero ha llegado para quedarse y todo apunta a que no habrá más remedio que habituarse. Mientras tanto, la nueva glorieta está provocando atascos en numerosos momentos del día, especialmente en las avenidas Espolón y Ruperta Baraya. También multitud de quejas por parte de los conductores que transitan a diario por esta zona. ¿La principal? Consideran que la glorieta es incompatible con los semáforos, que continúan en funcionamiento.
«No tiene mucho sentido», denuncia Víctor, que ya ha presenciado varios episodios que han estado a punto de terminar en colisión porque algunos vehículos que circulan por el Puente Mayor y se dirigen hacia la carretera de La Estación, en lugar de hacer la rotonda, atraviesan por el medio directamente. En esta línea también se expresa Luis, profesor de autoescuela ya jubilado:«Fatal, fatal. Si pones una rotonda no tienes que tener los semáforos encendidos». A su juicio, la glorieta como tal «está bien planteada». Igual que la que se puso en marcha junto al arco del Ayuntamiento. Es decir, que en teoría debería dar fluidez al tráfico, teniendo en cuenta que la avenida Castilla continúa cortada al tráfico por obras y que pronto se sumará el muy probable cierre al tránsito tanto en el puente Bigar como en los Jardines de don Diego.
Ahora bien, el profesor advierte que «si se dejan los semáforos, prevalecen los semáforos y entonces la rotonda no pinta nada».
Se regulará. Por su parte, desde la Policía Local indican que, además de «la vigilancia intensiva sobre el comportamiento de los conductores», hay unas señales «hermosas» en los báculos de los semáforos que indican la presencia de la nueva rotonda.
Asimismo, en mitad de la glorieta se han colocado barreras de color rojo y blanco para que los vehículos no pasen por el medio y «favorecer que se circule en sentido circulatorio». A mayores, se irán regulando los semáforos. Argumentan que si se apagan, «habría un chorreo continuo de peatones cruzando y no se lograría dar fluidez al tráfico». Así que piden paciencia. No queda otra.