Videollamadas sexuales por visitas a pisos y prostíbulos

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La Policía vigila que estos establecimientos se mantengan inactivos. Ayuntamiento y entidades sin ánimo de lucro apoyan a las mujeres que se han quedado sin ingresos en todas sus necesidades básicas

Videollamadas sexuales por visitas a pisos y prostíbulos - Foto: Patricia González

Componen uno de los colectivos más vulnerables y más olvidados de toda la sociedad pero están ahí: en pisos en todos los barrios y locales ‘hosteleros’ de las afueras de la ciudad en los que hasta que comenzó el confinamiento por el coronavirus constituían la parte más débil de la industria de la prostitución. Ahora, que le conste a las entidades sociales que les dan soporte, las mujeres prostituidas no están realizando ninguna actividad (como sí está pasando en otras provincias donde incluso se han repartido consejos sobre cómo practicar sexo con la mayor seguridad contra el contagio) por lo que en muchos casos su situación económica, ya quebradiza de por sí, se ha convertido en catastrófica. Por eso, las religiosas Adoratrices, en colaboración con los servicios sociales del Ayuntamiento, están trabajando para proveerles de alimentos y otros servicios básicos y ocupándose por cubrir todas las necesidades que puedan tener en todos estos días de alarma sanitaria.

La emergencia en la que está todo el país ha introducido algunos cambios en el mercado de la explotación sexual, no exentos de problemas, sobre todo cuando se inició el estado de confinamiento. La concejala de Mujer, Aída Estrella Paredes, explica que la policía ha estado todo el tiempo vigilante -aún lo hace- para que los clubes no mantengan actividad alguna y reconoce que en un primer momento se encontraron con algún intento de expulsar a las mujeres de esos locales: «Muchas se marcharon adonde pudieron pero otras permanecen allí». Por ejemplo, en el club Zafiro, en la carretera de Valladolid, según explicaron fuentes del local, quedan nueve mujeres «porque no tenían ningún sitio al que ir». Añadieron que la actividad está completamente suspendida y que si la puerta se encontraba abierta (como se ve en la imagen del pasado miércoles) era porque se la había dejado así un proveedor al salir.

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)