El fuego del garaje se originó por el fallo de una batería

F.L.D.
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A falta del informe final, los investigadores parecen tener claro que el incendio de plaza Roma se produjo de manera fortuita en uno de los vehículos calcinados

El fuego del garaje se originó por el fallo de una batería - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El incendio que la madrugada del martes calcinó media docena de vehículos en un garaje comunitario de la plaza de Roma, en Gamonal, se produjo por la combustión de una de las baterías de los coches siniestrados, según confirman fuentes de la Comisaría Provincial. Se confirma, a falta de un informe definitivo de la Policía Científica, la principal hipótesis de los investigadores. 

En las próximas horas, se irá dando autorización a los vecinos y propietarios de los turismos estacionados en el párking subterráneo para que los puedan ir retirando, si bien los últimos dos días se pudo acceder a los dos pisos inferiores que no se vieron afectados por las llamas. 

Los hechos ocurrieron sobre las dos de la madrugada del martes. Una llamada alertó al centro de emergencias 112 de que de una de las rejillas del garaje comunitario de la plaza Roma salía humo y una llamarada de varios metros de altura. 

El fuego del garaje se originó por el fallo de una bateríaEl fuego del garaje se originó por el fallo de una batería - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El foco estaba en la esquina de la parte izquierda de la puerta principal del garaje, entre las plazas 101 y 108. Allí comenzaron las llamas que casi a ciencia cierta tuvieron que originarse y propagarse con rapidez, pues Pablo, un vecino de uno de los bloques y propietario de un coche que se encontraba aparcado a unos diez metros del inicio y que parecía haberse librado del fuego, llegó a su casa sobre la 1.30 horas. En ese momento, ni le llamó la atención el olor, ni tampoco percibió nada extraño que hiciera presagiar que sobre sus pies pudieran estar quemándose varios turismos. A la media hora, sonó el teléfono del parque de Bomberos, que movilizaron a 22 efectivos, tres autobombas, dos autoescalas y dos vehículos auxiliares.

La colaboración de un vecino, que según indicaron fuentes del Servicio Municipal de Extinción de Incendios les proporcionó llaves magnéticas, fue clave para que accedieran al párking e intervinieran "de manera segura". El humo era muy denso y las llamas devoraban la hilera de coches, por lo que las labores se extendieron durante varias horas. Los Bomberos trabajaron por binomios y realizando relevos para intentar atajar el avance del incendio, que para entonces ya había calcinado la media docena de coches y había causado numerosos daños en las instalaciones. Eso obligó a permanecer pendientes de los focos de calor para evitar nuevos siniestros y también a comprobar que la estructura no estuviera dañada. Una ambulancia se desplazó a la zona para atender a algunos de los técnicos como prevención, aunque no fue necesario el traslado de ninguno de ellos a un entro hospitalario.

A primera hora de la mañana del martes, estaba totalmente extinguido, aunque el trabajo tanto de los equipos de extinción como de la Policía Nacional, que se encargó de la custodia de las entradas para evitar que nadie accediera, se alargó durante todo el día. "Fue una intervención larguísima, les llevó tiempo pero hicieron un gran esfuerzo", narraba Celia, que salió a la ventana de madrugada alertada por los pitidos de los camiones, al igual que el resto de vecinos de los edificios aledaños. "Tengo una plaza en el piso afectado, pero está alquilada. Los dueños del coche no han podido acceder", señalaba por la tarde.

El fuego del garaje se originó por el fallo de una bateríaEl fuego del garaje se originó por el fallo de una batería - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Lo cierto es que los agentes que se encargaron de coordinar el operativo de vigilancia y de investigación de lo ocurrido, limitaron la entrada de las decenas de propietarios de vehículos que se acercaron a lo largo de todo el día. Teniendo en cuenta que el siniestro se había producido en la planta -1, ésta quedó completamente cerrada. Solo se autorizó a los que tuvieran sus automóviles en las otras dos plantas y solo para que pudieran sacarlo. Para ello, crearon una ruta y todo el mundo tenía que bajar escoltado por alguno de los efectivos.

Los policías también crearon listas para dar respuesta a los vecinos que se acercaban preocupados por el posible estado de los turismos que estuvieran aparcados cerca del principal foco. El desastre era general en ese primer piso. Colgaban cables del techo y había infinidad de cascotes por el suelo. Costaba respirar a causa del humo a medida que uno se acercaba a los seis coches que habían quedado calcinados. Los de las plazas anexas estaban afectados, aunque no se podía determinar a simple vista si habían sufrido daños más allá de la suciedad surgida del siniestro, algo que se extendió al resto de turismos allí estacionados.