Durante los dos últimos años, con la actividad de miles de empresas aún capada por los efectos de la pandemia, los confinamientos y las restricciones, la siniestralidad laboral se ha mantenido en unos niveles inferiores a los habituales. No obstante, con la entrada del 2022 y la conclusión prácticamente total de todas las limitaciones, el volumen de incidentes que se han producido en el seno de las compañías se ha disparado.
Prueba de ello es que a lo largo del primer semestre el número de accidentes laborales tipificados como graves según el Ministerio de Trabajo han pasado en Burgos de los 12 del 2021 a los 26 del presente. La provincia lidera la cifra de sucesos severos durante el desempeño de la profesión, con únicamente León (23) cerca. La evolución a nivel regional ha sido mucho menos pronunciada, ya que Castilla y León apenas ha registrado cuatro más: de los 102 entre enero y junio de 2021 se ha pasado a los 106 del ejercicio actual. En términos porcentuales, Burgos anota la segunda mayor subida interanual (+113%) tras Ávila (+133%), que ha pasado de 3 accidentes graves a 7. Por contra, tanto en Salamanca como en Valladolid el número de sucesos ha descendido.
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