El portero burgalés del Osasuna, Sergio Herrera, cumplirá este domingo ante el Valencia 100 partidos defendiendo la camiseta rojilla, desde que aterrizara en Pamplona en el verano de 2017.

El de Miranda de Ebro llegó procedente del Huesca a cambio de 300.000 euros para acompañar en la portería a Manu Herrera, en lo que fue el regreso de los navarros a Segunda División tras un desastroso año en la máxima categoría.

Diego Martínez fue el entrenador rojillo para aquel curso y dio al guardameta la responsabilidad de jugar 40 de 42 partidos posibles hasta su grave lesión de ligamento cruzado ante el Numancia, sin duda un durísimo golpe para un jugador joven y asentado que comenzaba a llamar la atención del resto de equipos.

La temporada del ascenso, el portero burgalés apenas contó con oportunidades por su lesión, algo a lo que también habría que sumar el gran estado de forma de Rubén Martínez, pieza indiscutible para un Jagoba Arrasate que premió a Herrera con 4 partidos ligueros por su esfuerzo durante su recuperación.

Ya en LaLiga Santander, el futbolista de 28 años tuvo que esperar su oportunidad hasta hacerse con la titularidad de manera definitiva. Disputó 19 encuentros, destacando el partido ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano en el que se lució con varias estiradas para el recuerdo.

La campaña pasada Osasuna dejó clara su intención de seguir entre los más grandes, a pesar de su negativa racha que a punto estuvo de dar un susto a la afición. Herrera se destapó en los 33 choques jugados gracias sus reflejos, valentía y liderazgo dentro del área.

Los cantos de sirena llegados desde clubes más poderosos económicamente y su consagración en Primera División empujaron a Osasuna a moverse rápidamente para renovar a su portero titular hasta junio de 2023.

Actualmente, Herrera cuenta con una cláusula de rescisión de 11.500.000 euros mientras el equipo siga militando en Primera, una cantidad a la altura de un cancerbero con capacidad de mejora que tratará de seguir levantando a la grada con sus grandes paradas.

Además de su buen rendimiento, Herrera es uno de los futbolistas más queridos por la hinchada navarra. Su amabilidad, su positivismo y su papel a la hora de hacer piña dentro del vestuario rojillo son una de claves del magnífico momento que atraviesa la entidad que preside Luis Sabalza.