Comprarán esprays y chalecos a los agentes medioambientales

F.L.D.
-

La Junta rechaza la idea de que porten armas. La Consejería de Medio Ambiente ofreció al hombre agredido en Valmala una vivienda

Dispararon contra la casa del agente. - Foto: DB

Tras el ataque con un arma de fuego que sufrió el pasado 21 de septiembre en su propia casa un agente medioambiental de Valmala y la amenaza con una escopeta a otro trabajador forestal en Cardeñajimeno el 17 de agosto, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha acelerado el paso para dotar a estos trabajadores de más herramientas para su defensa y mejorar, así, su seguridad. De hecho, el titular de esta cartera regional, Juan Carlos Suárez-Quiñones, anunció ayer un paquete de «medidas contundentes», para el que destinará 290.000 euros, que se encuentra en este momento en fase de licitación y compra, según explicaron fuentes de la Junta de Castilla y León.

El consejero defendió que desde que conocieron la noticia del ataque, se pusieron en contacto con el agente medioambiental de Valmala a través del jefe de comarca y de servicio de Burgos para trasladarle su solidaridad y apoyo. De hecho, puntualizó, se le llegó a ofrecer un cambio de vivienda durante un tiempo, algo que finalmente rechazó. Ésta fue la respuesta que ofreció ante las quejas del procurador socialista, José Luis Vázquez, que aseguró que desde la Junta no llegaron a llamar al trabajador afectado ni tampoco se le dio una respuesta para mejorar su seguridad, algo que, puntualizó, «debería ser una prioridad». En este sentido, reclamó la elaboración de un plan en el que se impliquen todas las partes interesadas.  

Suárez-Quiñones recordó que el caso se encuentra bajo la investigación de la Guardia Civil e insistió en las correctas medidas que se han llevado a cabo en los últimos años. Así, cifró en cuatro los episodios de ataques contra los agentes medioambientales desde el año 2015 (no se incluye en esta estadística la amenaza de Cardeñajimeno del mes de agosto). Sobre los nuevos equipos de defensa, explicó que la Junta de Castilla y León está tramitando la compra de chalecos anticorte y antifunción, guantes tácticos y esprays. Esta medida está enmarcada dentro del protocolo de actuación en caso de agresión en el trabajo.  

Por otro lado, desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente puntualizaron que desde hace meses cada pareja de agentes mediambientales cuentan con un teléfono móvil, que se suma a las radios analógicas que ya poseían, que les permiten tener a su disposición dos botones de alerta a través de aplicaciones. Además, se está trabajando en el software de otro programa llamado ‘Violencia Incontrolada’. Con esta herramienta, el trabajador puede activar este protocolo de seguridad si ve amenazada su integridad física. A todo ello, sostienen también desde la Junta de Castilla y León, hay que añadir una serie de programas de formación para situaciones de riesgo que ya están en marcha desde el inicio de la campaña de este ejercicio.

Se espera que todo este nuevo material de defensa personal esté a disposición del personal de Medio Ambiente a lo largo de este cuarto trimestre de 2019. Lo que descartan por el momento en la Consejería es la adquisición de armas, como solicitan los propios trabajadores desde hace años ante la retirada paulatina.

Después de los dos ataques en la provincia de Burgos, la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León (Apamcyl) elevó el tono de las protestas ante lo que consideran una «falta de eficacia» de las medidas que ha puesto en marcha la Junta para mejorar la seguridad de los trabajadores, ya que las agresiones de este tipo, incidieron, han subido en los últimos años. Lo ocurrido en Cardeñajimeno y en Valmala constituye un delito de atentado contra agente de la autoridad, que están penados hasta con 4 años de cárcel al darse el agravante de uso de arma de fuego.

Además de la reclamar más armas y medios para la autodefensa de los funcionarios, desde Apamcyl piden modificaciones en los protocolos de seguridad que puso en marcha la Junta de Castilla y León y para los que en su redacción no contaron con la colaboración de ningún agente implicado. Se quejan, por ejemplo, de que en los protocolos de actuación y actuación ante situaciones de violencia extrema no se incluye la autodefensa de los trabajadores dentro de la prevención de riesgos.