Durante las primeras semanas de confinamiento se habló mucho de un posible boom de la natalidad una vez concluyera el encierro domiciliario de la población. Es cierto que tras algunas grandes catástrofes, véase el fin de la Guerra Civil o de la II Guerra Mundial, el índice de nacimientos se suele disparar. Sin embargo, la pandemia de covid-19 se está traduciendo en todo lo contrario: Burgos va camino de registrar el año con menos alumbramientos desde que el Instituto Nacional de Estadística tiene registros, 1941.

En los seis primeros meses del presente curso el INE notifica 1.010 nacimientos frente a los 1.052 del 2020 o los 1.175 de 2019. El retroceso es claro y evidente y pone incluso en peligro rebasar la barrera de los 2.000 anuales. Se trata esta de una línea que siempre se ha cruzado y que, pese a la tendencia a la baja de lo últimos años, era casi impensable plantearse no llegar a ella.

Pero, ¿es el caso de Burgos un rara avis o la baja natalidad es un fenómeno nacional? El INE asegura que los nacimientos en el primer semestre del 2021 en España, 160.681, son un 5,2% inferiores a los registrados a lo largo de ese mismo periodo del 2020 y un 7,9% respecto a 2019.De enero a junio de 2021 nacieron 8.883 bebés menos que en el mismo periodo de 2020 y 13.821 menos que en 2019. Al igual que en el caso de la provincia de Burgos, la cifra total, los 160.681, suponen el dato más bajo desde que el INE tiene registros, 1941.

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