La Audiencia Provincial de Burgos ha condenado a una pareja residente en Murcia a 44 meses de prisión, 22 cada uno, por estafar a unos bodegueros de la Ribera del Duero a los que hicieron creer que podían conseguir coches a bajo coste hasta ganarse su confianza y ampliar el engaño a familiares y amigos de estos. Se quedaron con el dinero de varias compras pero nunca entregaron los vehículos. 

La sentencia, dictada de conformidad por la Sección Primera, impone también a Antonio C.C., de 53 años y con antecedentes penales no computables en la presente causa, y a Concepción M.M., de 43, el pago una indemnización por daños y perjuicios de 38.800 euros de forma conjunta y solidaria a los dos perjudicados y a uno de ellos otros 11.000 euros más, puesto que pagaron de su bolsillo las deudas contraídas con sus allegados, al sentirse en cierto modo responsables del engaño, cometido hace ya 9 años.

Los magistrados de la Audiencia consideran probado que los dos acusados «entablaron relaciones comerciales» con los empresarios «hasta que consiguieron que los perjudicados se interesaran» por los vehículos que les proponían, a unos precios muy atractivos, y se los ofrecieran «a sus amigos y familiares» para extender el radio de su estafa. 

«En las primeras operaciones, los acusados entregaron los vehículos ofrecidos, pero cuando ya se había creado una relación de confianza, los acusados se comprometieron a vender, interviniendo como intermediarios» los dos perjudicados, un total de 7 coches. Entre ellos, había un Audi A4, por 18.300 euros, un Volkswagen Touareg por 200 euros más, un Lexus GS 300, por 16.400 euros, o tres Opel Corsa, todos por 10.000 euros.

«Los acusados no entregaron ninguno de los mencionados vehículos ni devolvieron las cantidades recibidas, que aunque inicialmente los pagos efectuados en metálico fueron entregados a los intermediarios, éstos los hicieron llegar a los acusados, como pone de manifiesto el reconocimiento de deuda firmado por los acusados en fecha 28/11/13», recalca la resolución judicial. 

Los bodegueros, al sentirse responsables por haber incitado «a los compradores a realizar las entregas de dinero, procedieron a devolver a cada comprador, a quienes les unía una relación familiar o de amistad, la suma entregada», sin que hayan recuperado hasta el juicio más que 1.800 euros. La estafa fue denunciada en los juzgados de Aranda de Duero.