En el fútbol, muchas cosas tienen una explicación básica: suceden porque sí, porque tienen que suceder, por pura inercia. Por ejemplo, que el Madrid saque la cabeza del agua cuando está a punto de ahogarse:a nadie le sorprende. Puede que llegue el día en que, de pura costumbre, ni el madridista lo celebre ni el antimadridista lo lamente. 

La fe de Casemiro

En el minuto 87, el Madrid estaba muerto. De hecho, Valverde pone un centro a ningún sitio, se la da la vuelta y se echa las manos a la cabeza lamentándose. Pero en ‘ningún sitio’ aparece Casemiro dando un bote increíble para devolver la pelota al área. Gol de Benzema. En el 93, otra vez Casemiro rescata un balón muerto en el área para hacer el 2-2. Si el partido llega a durar dos minutos más, el brasileño sale de Moenchengladbach con el balón firmado, el aplauso del público y el juego del programa. Poca gente habrá en el mundo, ya no solo en el fútbol, con tanta fe en sus posibilidades. 

Joao, ‘el bueno’

La diferencia entre pagar 20 euros o 200 por un abrigo es que, llegado el momento, el segundo... abriga. Aunque no lo uses mucho, esos días agradeces haber hecho el esfuerzo económico. Joao Félix, ‘el niño de los 125 millones de euros’, tuvo uno de ‘esos días’. Estuvo pletórico ante el Salzburgo (que apretó de lo lindo al Atlético con ese fútbol desarraigado, descarado y fugaz), dibujando remates, pases y regates que solo caben en la imaginación de los mejores:si entra su chilena de la primera mitad ya teníamos ‘Premio Puskas’. A veces, solo un partido, una exhibición, justifica (que no amortiza) una inversión. 

‘El niño Pedri’

El Barça pagó apenas cinco millones de euros a Las Palmas por el muchacho y algunos, en este excesivo mundo del fútbol, ya hablan del fichaje de la década. El chico juega con el aplomo del veterano, pero mantiene fresco el descaro del adolescente que el próximo 25 de noviembre alcanzará la mayoría de edad. Jordi Alba, su compañero en la banda izquierda, le hizo varios gestos de complicidad durante el partido:se ha pegado al Barça como si hubiese nacido para jugar allí. Por cierto, el equipo terminó ocupando las dos bandas con dos muchachos de 17:por si el presente no es muy esperanzador, que el futuro sí lo sea.  

Las 13 del Bayern

El sello de los grandes campeones está, antes de la gloria, en ganar y ganar y seguir ganando incluso cuando se juega mal. Es, sin duda, otra de esas cosas que en el fútbol suceden por inercia: la victoria del Bayern ni cotiza en las casas de apuestas. El 1-2 en Moscú, ante un Lokomotiv descarado, es la victoria 13 consecutiva en Champions, un récord que se sigue ampliando. El día que empate, no sabremos cómo reaccionar. 

250 millones 

El mundo del fútbol sigue mirando con recelo hacia el barrio ‘pijo’ de Londres:mientras el mundo apelaba a la austeridad en unos tiempos complicados, Abramovich gastaba 247 millones de euros en reforzar al Chelsea. Havertz, Werner, Chillwell, Ziyech, Mendy para suplir al gafado Kepa... Cada vez que gane un partido (y venció en Krasnodar por 0-4, con exhibición de todos los nuevos), el fútbol que se apretó el cinturón dará un respingo.