El 83% de municipios ha perdido población desde 2008

L.M.
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De las 371 localidades de la provincia, 309 poseen menos habitantes que hace una década. En 5 se mantiene el mismo censo y 'solo' en 57 se ha ampliado el padrón, principalmente en pueblos cercanos a la capital

El 83% de municipios ha perdido población desde 2008 - Foto: Luis López Araico

No es precisamente el verano, que terminó ayer por la mañana, una buena época del año para calibrar el futuro de los pueblos o su supervivencia a medio plazo.Durante las vacaciones estivales, la inmensa mayoría de casas de los municipios de la provincia abren sus puertas y ventanas, acogiendo a veraneantes que acuden unos días a desconectar de sus trabajos, colegios y pasar unas jornadas en plena naturaleza.Sin embargo, con la llegada de septiembre y posteriormente de los meses más fríos, que en Burgos son unos cuantos, los pueblos se quedan, algunos casos, ‘solos’.

Según las cifras oficiales del PadrónMunicipal, recogidas por el Instituto Nacional de Estadística y actualizadas a 1 de enero de 2018 (las de este año son aún provisionales), el 83% de las localidades burgalesas ha visto como su censo disminuía durante la última década.A nivel provincial, Burgos ha pasado de tener 373.672 personas a 357.070 vecinos viviendo, una caída de más de 16.600 individuos, o lo que es lo mismo, 4,5 personas menos cada día.El dato es preocupante, e incide de sobremanera en ciertas comarcas o zonas del territorio; en municipios como Brazacorta el padrón ha caído en una década en 23 personas, y ahora apenas son 55 vecinos, de los cuales muchos ni viven en el pueblo.También es destacable el caso de Mamolar, donde desde 2008 han perdido el 65% de su población, pasando de 62 a 29 sujetos.

La zona de la sierra y la comarca de Lara, en el este de la provincia, son algunas de las más castigadas, mientras que los municipios que se sitúan junto a la capital, en el Alfoz, y los que están cerca de vías de comunicación como autovías han notado un poco menos la pérdida de gente. Por ejemplo, enVillalbilla de Burgos, a escasos kilómetros de la ciudad, han ganado más de medio millar de vecinos; enVillagonzalo Pedernales 360, en Quintanilla Vivar 78, en Cardeñajimeno y Cardeñadijo 250 y 286 respectivamente. Casos más ‘raros’ son los de Revilla Vallejera, que ha aumentado el censo en 24 personas, lo que le ha conferido además el aumento de 3 a 5 concejales en el Ayuntamiento, o el de otros pueblos, ya en menor medida, comoTubilla del Lago, Villamiel de la Sierra, Jaramillo de la Fuente, Cayuela oCelada delCamino,Torrelara oTosantos.

Con respecto a las grandes urbes, véase Burgos,Aranda de Duero y Miranda deEbro, solo la capital de la Ribera consiguió engordar su censo, aunque apenas en 63 personas. Por contra, tanto Burgos como Miranda perdieron población; 1.958 la capital, que tenía a 1 de enero de 2018 175.927 vecinos y 112 la ciudad del noroeste de la provincia, que se sitúa con 35.447.

impasibles. Como si de la resistencia de los galos frente a lo romanos se tratase, en hasta 5 municipios el padrón se ha mantenido intacto durante la última década.Por mucha gente que se desempadrone o muera, siempre hay otro dispuesto a engrosar la lista de vecinos del pueblo. Esta curiosidad, que se cuenta con los dedos de una mano, se ha producido en Cabezón de la Sierra, donde se mantienen en los 53 habitantes; en Salas de Bureba, que ni han subido ni bajado de los 131; enSanta Olalla de Bureba, estancados en 35; en Villaldemiro, con 71 y en Jaramillo Quemado.Este pueblo, que tiene la fama de ser el Ayuntamiento propio de menor tamaño de toda la provincia, y a buen seguro uno de los menores de todo el panorama nacional, ha sobrevivido los últimos diez años con sus ocho vecinos censados. Todo un logro.