La declaración del estado de alarma dejó a muchos condenados en un mar de incertidumbre durante muchos meses. Algunas de las personas a las que el juzgado les había conmutado una pena de prisión por trabajos en beneficio de la comunidad se quedaron en tierra de nadie, pues primero el país se paró y cuando se ha ido desperezando muchas entidades que colaboran habitualmente con Instituciones Penitenciarias en esta materia decidieron cancelar los convenios. Ningún magistrado ha suspendido definitivamente las 273 sentencias que siguen pendientes en la provincia de Burgos, pero muchas de ellas se han visto afectadas y cuesta trabajo saber cuándo se podrán ejecutar.
Lo que más perjudicó a los cumplimientos de penas conmutadas por trabajos en beneficio de la comunidad fue el confinamiento. Durante los casi tres meses estuvieron suspendidas. Pero es que una vez se fueron relajando las restricciones el nivel de ejecución no fue mucho más ágil. Según informan desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias algunas entidades del tercer sector, como residencias de ancianos, Aspanias, Autismo Burgos o Apace, dejaron de aceptar a personas condenadas. Cabe recordar que en el caso de los geriátricos ni siquiera se han permitido las visitas de familiares para evitar los contagios.
Desde el Servicio de Gestión de Penas y Medidas Alternativas explican, además, que a raíz de la pandemia el Ayuntamiento de Miranda de Ebro tampoco está aceptando más trabajos sociales, aunque se han comprometido a reanudarlos cuando la situación mejore. Con los demás consistorios no están teniendo problemas. Asimismo, entidades como Cáritas están ofreciendo más plazas para compensar la pérdida de otras instituciones similares.
Desde el Ministerio del Interior se está trabajando en retomar todas las colaboraciones cuanto antes para que no se sigan retrasando las ejecuciones de estas penas. Paralelamente, se están potenciando talleres como el llamado ‘Convivir’ y también se espera que comience en unas semanas el ‘Regenerar’.
Han sido muchas las medidas que Instituciones Penitenciarias ha puesto en marcha tras la irrupción de la covid-19. Cabe resaltar, por ejemplo, la atención telefónica a más de 70 personas con penas menores en la provincia para evitar su reincidencia. Por otro lado, el Centro Penitenciario permitió a varios internos con regímenes de semilibertad dormir en sus casas, siempre y cuando portaran una pulsera magnética.