Adecentan la ruina enquistada desde hace años en La Paloma 2

H.J.
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Tras más de una década con problemas, la quiebra de sus anteriores propietarios y proyectos frustrados, en agosto arrancaron obras de reparación de la fachada y la cubierta

El inmueble hace esquina con Cardenal Segura y su emplazamiento lo convierte en un entorno especialmente sensible que lleva tiempo dando una mala imagen. - Foto: Patricia

Una de las ruinas más tristemente famosas del centro histórico de la capital burgalesa ha iniciado por fin su adecentamiento, aunque todavía de forma tímida. El bloque situado en el número 2 de la calle La Paloma, que hace esquina con Cardenal Segura, ha comenzado a ser objeto de una actuación que por ahora será modesta pero que permitirá al menos ganar dignidad.

Desde hace unas semanas, en pleno mes de agosto, el enésimo andamio después de tantos que han entorpecido el paso en este lugar se ocupa ya no de garantizar que no caigan cascotes sobre los viandantes, como ocurría hasta hace poco, sino de envolver el edificio para la rehabilitación tanto de su fachada como de su cubierta.

Fuentes de la empresa que está ejecutando los trabajos han explicado a este periódico que se trata de una actuación rápida, cuya finalización está prevista entre finales de septiembre y mediados de octubre. Para más adelante quedaría, por tanto, la actuación en el interior del edificio, que data del siglo XIX y cuyo futuro ha fluctuado en varias ocasiones entre el uso hotelero y el residencial.

La última noticia sobre el número 2 de la calle Paloma databa de la primavera de 2019. Entonces la empresa Cavige tramitó una licencia ante el Ayuntamiento de Burgos para construir 10 viviendas y le fue concedida, pero los trabajos se fueron retrasando y acabaron lastrados por la pandemia.

Antes el inmueble fue objeto de un intento de construcción de un hotel. La firma Promotora Manzanal 2000 trató de rehabilitarlo para turistas y por el camino fue objeto de una cuantiosa multa dado que vació el interior de un edificio protegido por la normativa urbanística. Inicialmente la sanción era de 800.000 euros, aunque después los tribunales la redujeron a 300.000.

La bajada no fue suficiente para evitar la quiebra de la empresa y La Paloma 2 acabó en manos de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado «banco malo» que asumió los activos más problemáticos durante la crisis inmobiliaria.

en la memoria ochentera. El inmueble se convirtió por derecho propio en uno de los borrones urbanos más conocidos de la ciudad. Al ser visible desde la Plaza Mayor y desde Laín Calvo, ocupa una ubicación estratégica que permite que miles de ojos se hayan fijado cada día en su degradación paulatina. Además, entre finales de los 80 y principios de los 90 atesoró uno de los lugares míticos para cualquier melómano burgalés. En el lateral del edificio, orientada hacia Cardenal Segura, estuvo la legendaria Discos Clash.

Ahora emprenderá un camino nuevo del que la rehabilitación actualmente visible es solo un primer paso. Si al menos se arreglan la fachada y la cubierta dejará de ser una ruina para convertirse en un edificio con posibilidades. Y si algún día se convierte en hotel o en viviendas contribuirá decisivamente a reparar esta esquina emblemática del centro histórico burgalés.