Una nueva estructura

J.C. MORENO
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Con el acuerdo entre el Burgos CF y el Burgos Promesas habrá cambios en sus categorías inferiores dada la cantidad de equipos que suman entre ambos

Instalaciones del Burgos Promesas, en Castañares. - Foto: Christian Castrillo

La organización de la nueva estructura que salga del acuerdo entre el Burgos Club de Fútbol y el Burgos Promesas es una de las grandes incógnitas que, sobre todo, tiene preocupados a los padres de los cientos de niños que juegan en las categorías inferiores de ambos clubes. El nuevo convenio provocará un menor número de equipos entre ambos conjuntos pero el objetivo es racionalizar la organización y cambiar el actual modelo para intentar que lleguen la mayor cantidad posible de jugadores a edad juvenil. Se trata de acabar con un concepto piramidal que va dejando a decenas de jóvenes jugadores en el camino en el embudo que supone llegar hasta juveniles y mantener dentro de lo posible una estructura de más equipos hasta el final de la formación. 

El acuerdo entre Burgos CF y Burgos Promesas está cerrado y solo falta la firma de sus dos presidentes y pulir algunos flecos finales que están analizando las tres piezas de este puzzle, la familia Caselli, Pepe Manzanedo y José Medina, y, por último, Félix Sancho, patrocinador del Promesas de Tercera División y el principal impulsor de esta iniciativa.

Y en el plan de futuro las categorías inferiores juegan un papel clave, ya que se unirán los dos clubes más importantes de la capital y provincia en este aspecto, ya que entre ellos controlan el mayor número de jugadores desde prebenjamines.

Una nueva estructuraUna nueva estructura

Las normas para suscribir un acuerdo de filialidad son estrictas y habrá que reestructurar la organización actual desde abajo. El Burgos Promesas tendrá un papel clave en las categorías inferiores, aunque el máximo responsable será Michu, director deportivo del Burgos CF y que cuenta con colaboradores para la gestión de la cantera. Además, cerrará el fichaje de una nueva incorporación, un especialista en metodología que se encargará de trasladarla al trabajo de todo el club desde las categorías de los más pequeños.

Por su parte, el Promesas tendrá un peso muy importante en este esquema, con uno de sus responsables dentro del organigrama deportivo para las categorías inferiores hasta juveniles. Al margen quedarán el División de Honor Juvenil y el equipo de Tercera División, que pasará a ser el filial. Ambos serán directamente controlados por Michu.

De la unión entre ambas entidades saldrán numerosos equipos en todas las categorías con una estructura diferente a la de ahora y un objetivo, controlar el máximo número de jugadores que puedan llegar hasta juveniles. De ahí la apuesta por un esquema vertical más en bloque, manteniendo una torre y no una pirámide para evitar el embudo que existe cuando pasan sucesivamente de las categorías más bajas.

El objetivo es rodear al División de Honor Juvenil, que controlará el Burgos CF, de otros tres equipos de la misma categoría en Liga Nacional, Regional y Provincial.

La organización de toda esta nueva estructura será una de las piezas claves para el buen funcionamiento entre ambos clubes.

Acuerdo económico. Uno de los puntos claves en negociaciones como las que están llevando a cabo el Burgos CF y el Promesas es el económico. Lógicamente el club de Antonio Caselli tendrá que aportar una cantidad económica, entre otras cosas porque tendrá la posibilidad de utilizar las magníficas instalaciones que tiene el Promesas en Castañares.

La Ciudad Deportiva del Promesas es un lujo al alcance de muy pocos clubes en todo Castilla y León, pero el coste de su mantenimiento está acorde con la calidad de sus instalaciones.

Y precisamente en el acuerdo entre ambos clubes la cifra que deberá abonar el Burgos CF al Promesas está muy próxima al precio que cuesta tener a punto la Ciudad Deportiva, en torno a los 100.000 euros anuales.

Con esta cantidad, el Promesas se quita la principal losa que los ahoga temporada tras temporada, mientras que el Burgos CF pasa a disponer de unas instalaciones fijas y de primer nivel para su primer equipo, además de poder contar por fin con un equipo filial en su estructura que milite en Tercera División. También el presupuesto de este filial, que será exclusivamente controlado por el Burgos, correrá a cargo de los propietarios del club blanquinegro.