¿Por qué el Cid está de moda?

R.P.B.
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Una serie de televisión, la nueva novela de uno de los escritores españoles más leídos, un récord histórico de visitantes al manuscrito que recoge en clave de ficción las hazañas del que en buena hora nació, una ruta turística... El Cid cabalga...

La figura del Cid Campeador vive un 'boom'. - Foto: Luis López Araico

Tampoco es que se hubiese pasado de moda -al cabo, ya sean reales o de ficción, quienes habitan en el Olimpo siempre son recordados- pero de un tiempo a esta parte uno de los héroes más famosos del imaginario colectivo español está en auge. El Cid Campeador cabalga de nuevo: Amazon anunció en febrero una serie sobre el guerrero burgalés y ahora Arturo Pérez-Reverte, el escritor español vivo que más libros vende, ha adelantado que en septiembre verá la luz su novela Sidi. Mientras, en la Biblioteca Nacional todavía no salen de su asombro después del inusitado interés que despertó la exhibición del manuscrito original del Cantar de Mio Cid, primer poema épico escrito en castellano, con motivo de la exposición ‘Dos españoles en la historia: el Cid y Ramón Menéndez Pidal’... Exhibición que terminó prorrogándose varios días más por la demanda ciudadana.

Javier Peña, catedrático emérito de Historia Medieval de la Universidad de Burgos y acaso uno de los historiadores que más en profundidad ha indagado en el guerrero burgalés, sostiene que el Cid se recupera "y de alguna manera se revela nuevamente cuando hay momentos de crisis generalizada. Es siempre en escenarios así cuando el Cid toma un protagonismo desmedido, de manera consciente o inconsciente; lo que pasa que después cada cual lo aprovecha para lo que le conviene. Por ejemplo, durante la Guerra Civil española y después de ésta, vencedores y derrotados usaron la figura del Cid para justificar su comportamiento. Los vencedores, por defender a España y los vencidos por exiliarse. El Cid ha conseguido encarnar una serie de virtudes o cualidades que le convierten en una especia de agarradero permanente. El suyo es un eterno renacer", apostilla.

El autor de la canónica El Cid Campeador. Historia, leyenda y mito no duda en afirmar que ahora se vive un "regreso a lo medieval. Esta reivindicación del Cid coincide con la reivindicación de la Reconquista. Esto ha sido siempre un agarradero fácil para salir de situaciones complicadas. Como lo medieval está tan lejos, se presta para todo". Otro argumento que sostiene Javier Peña está relacionado con el Cid como referente inspirador en un tiempo en el que escasean los líderes y los valores. "Las crisis afectan a todo. Especialmente a los valores. El futuro no está claro, eso es evidente. Estamos ante el final de una época que no sabemos cómo va a terminar. Es normal que para mucha gente que no tiene perspectiva, agarraderas, líderes para ir más allá, se refugie o busque líderes para volver atrás. Y esta vuelta atrás se puede hacer de muchas maneras: se puede aprovechar para progresar, para marcar un camino hacia el futuro, o para determinar un camino hacia el pasado, que sería lo grave. Franco también usó al Cid. Muchísimo. También la Reconquista", apostilla.

Tesis muy similar a la de Javier Peña es la que expone Lola Pons, catedrática de Historia de la Lengua Española de la Universidad de Sevilla, que destaca la enorme actualidad que posee el Cid. "Como personaje, como figura de nuestra historia, el Cid resulta muy oportuno para los tiempos que corren, porque representa la figura de un ciudadano, un líder que va en solitario, que ha sido expulsado de su Corte y que con sus mesnadas, lo que hoy llamaríamos su equipo de gente, logra empezar de nuevo. Así que se parece bastante a la vida de muchas personas de ahora, que son expatriados o tienen que cambiar de lugar de residencia para empezar de nuevo o afrontar un trance duro.". Pons añade la importancia que a su entender tiene en esta nueva reivindicación del héroe castellano el Cantar. "Sigue conectando, tantos siglos después, con nuestra realidad y nuestra manera de vivir las cosas.Ya no estamos en la frontera ni en la Reconquista, pero tenenos otras fronteras que no son muy diferentes a las que conoció el Cid. En la obra literaria, el Cid se nos presenta como una figura íntegra, poco partidista, poco dogmática, como un modelo de personaje muy humano. En este sentido, recomiendo que cualquier persona que haga gestión pública en España conozca esta figura no sólo porque es parte de nuestro patrimonio, sino porque es muy inspiradora. En lo que se refiere a nosotros, a los filólogos, el Poema de Mio Cid sigue encerrando muchísimos misterios; una obra que necesitamos seguir investigando para resolver muchas cuestiones. No es una obra resuelta ni cerrada".

Caldo de cultivo. Para el historiador Alfonso Boix había un caldo de cultivo que explica esta eclosión. E indica varios factores: "Por ejemplo, la serie puede deberse al éxito de otras como Isabel, o el Ministerio del Tiempo (que dedicó un capítulo al Cid, por cierto) de corte histórico, o también de Juego de Tronos, serie épica donde las haya. Y claro, si juntas épica e historia española, ahí te encuentras con el Cid. Esa misma atmósfera, ese interés por lo histórico y épico habrá llevado a Pérez-Reverte a escribir su Sidi; al fin y al cabo, su Alatriste es un personaje militar y con sus dosis aventureras, por lo que Sidi no deja de ajustarse al perfil de personaje que tanto éxito ha dado al académico". 

Boix admite que el Cid "ha estado siempre ahí, así que, ¿por qué no surgió esta moda antes? Esto, y no me cabe la menor duda, sólo se explica por el Consorcio Camino del Cid. Lo suyo no es trabajo de un día, sino de muchos años labrando el camino (nunca mejor dicho) y es normal que, tarde temprano, esa labor dé sus frutos. La labor de divulgación del Camino, contando con especialistas para ofrecer conocimientos serios y cercanos al gran público, es algo incuestionable, por no hablar de las muchísimas poblaciones que celebran fiestas dedicadas al Cid a lo largo de todo el Camino, logrando así ‘integrarse’ con más fuerza en la ruta y justificar su presencia en la misma", indica Boix, quien considera que ha sido precisamente "esa labor de fondo la que ha propiciado un público ya preparado, que incluso le ha perdido el miedo al toque fascista del Cid heredado por el franquismo, y puede (¡y quiere!) disfrutar de nuevo del héroe, sentirlo como propio. Y ya de ahí a que mentes avezadas se diesen cuenta del potencial que había ahí, ya sólo quedaba un paso, el mismo que explica el que estemos ahora -felizmente- en esta moda que no ha hecho más que empezar".

Creciente interés. Por alusiones: Alberto Luque, gerente del Consorcio Camino del Cid, no cree que el Cid esté de moda, "o al menos no más que en los últimos tiempos. Ahora bien, se están dando una serie de coincidencias de amplia dimensión mediática que permitirán que lo esté en los próximos años", avanza.

Para Luque, estas coincidencias no son tan sorprendentes: "Todos los años se editan publicaciones y se realizan multitud de actividades en torno al Cid. Había mucho terreno abonado. Así, no es tan extraño que se haga una serie sobre el Cid, o que Pérez-Reverte se interese por el personaje. La pregunta sería, en todo caso, por qué no ha sucedido antes. Por ejemplo, en 2002 un productor hollywoodiense anunció que había comprado los derechos para hacer un remake de la película ‘El Cid’, con Tom Cruise y Jennifer Connelly como protagonistas. El proyecto, como tantos otros, quedó apartado, pero pone de manifiesto el interés aún latente por el personaje también fuera de nuestras fronteras. Esto lo sabemos muy bien desde el Consorcio Camino del Cid; de hecho, en 2018 ya advertimos públicamente que había un caldo de cultivo muy favorable en este sentido. Y habrá, ya avisamos, más sorpresas", apostilla.

Gregorio González Vilches, administrador del centro online de interpretación cidiana (www.museodelcid.es) y comisario del Museo del Cid en Burgos (Museo del Libro Fadrique de Basilea), reformula el planteamiento: "¿Por qué dejó de estar de moda el Cid y por qué vuelve a estarlo?". Y responde de esta manera: "Durante la dictadura, el símbolo que representa al Cid fue ‘secuestrado’, culturalmente hablando y adaptado a unos intereses de propaganda política. Así que al llegar la democracia, la imagen del Cid estaba muy dañada. Ni siquiera la entrañable dulcificación de una serie de dibujos animados titulada Ruy, el pequeño Cid consigue curarle las heridas. Es una realidad que el interés que la gente muestra sobre el Cid Campeador decae y no empieza a remontar hasta llegar el siglo XXI. A principios de siglo otra película, esta vez de animación, nos trae de vuelta al héroe castellano: El Cid, la leyenda. Las librerías comienzan a recibir las novelas de escritores e historiadores como José Luis Corral, Antonio Pérez Henares, Magdalena Lasala, José Luis Olaizola o Ricard Ibáñez. El camino es lento, pero con paso firme. El Cid vuelve, poco a poco, a estar en boca de todos". 

Considera González Vilches que la popularización y democratización del Cid "se asienta con su difusión a nivel nacional en la que son claves el Camino del Cid (un recorrido por el destierro a lo largo de ocho provincias) y las fiestas en honor al Cid (Fin de Semana Cidiano en Burgos y Encuentros con Mío Cid en El Poyo del Cid -Teruel- y las Jornadas Medievales en Vivar del Cid, entre otras). El uso distendido de su leyenda, tal y como lo mostró el Ministerio del Tiempo en el capítulo de apertura de la segunda temporada, también ha tenido mucho que ver. Hoy por hoy, el interés de Amazon en producir una serie sobre él y la novela que presentará Arturo Pérez-Reverte en la que todo apunta que abordará la figura del Campeador, pone de manifiesto que el Cid es un personaje a la vez histórico, de leyenda y de ficción al alcance de todos, de un modo erudito y también lúdico".