Ha llegado el día. El UBU San Pablo protagoniza hoy su debut en la segunda máxima categoría nacional, la División de Honor Plata. Jugadores y miembros del cuerpo técnico se muestran ilusionados por esta nueva etapa pese a una pretemporada que ha servido como dosis de realidad. Tres derrotas y dos empates es el bagaje firmado por el conjunto rojinegro que, sin embargo, ha sabido desafiar de tú a tú a potentes rivales de DH Plata.
Un equipo luchador que no ha bajado los brazos en ningún tramo de ninguna de las citas de preparación disputadas. Esa es una de las características más sólidas de un conjunto que todavía debe amalgamar a sus veteranos con los recién llegados.
Nacho González está satisfecho por la actuación de sus pupilos en estas semanas previas al debut, sin embargo, hubiera deseado «un plus más, nos ha faltado algo de tiempo para ver todo aquello que desearía», lo cual no le impide mostrarse «satisfecho en líneas generales». En el apartado físico el trabajo realizado ha sido notable, pues la recuperación colectiva tras tantos meses de inactividad ha rebasado las expectativas. La tarea pendiente, como es lógico en un equipo que ha sumado hasta cinco efectivos -sin contar el fichaje de Marcos Braga, quien todavía no se ha incorporado al grupo- es la regularidad. El equipo ha sufrido tramos de juego que dejan que desear, aunque también ha sido capaz de encadenar minutos de gran calidad y de remontar holgadas diferencias.
«No sabemos lo que va a ocurrir en una liga de estas características», afirma el técnico vallisoletano, que no se atreve a aventurarse en cuanto a predicciones ante la ausencia de referencias marcadas por la anormalidad de un campaña como la 2020/21. «Es un cambio muy grande pasar a División de Honor Plata», añade. Por otra parte, Nacho González es consciente de que la pretemporada ante rivales de tal calibre como el Torrelavega -candidato claro al ascenso- ha servido esencialmente para eso: «Los resultados nos han puesto en competición».
Quince jugadores son los que conforman la plantilla que realizará la primera aparición de la entidad en Plata. A estas piezas hay que sumar al brasileño Marcos Braga, que entrará en la dinámica del equipo una vez resuelva temas de documentación y traslado desde Brasil; y a los canteranos Marcos García, quien desempeña su labor en la primera línea, y Cristian Tomé, jugador que pone en liza sus mejores prestaciones desde la demarcación de central.
Desde el banquillo, Nacho González afronta un reto de grandes dimensiones. Tras un ascenso desde la tercera máxima categoría nacional con una actuación perfecta que no se tradujo en derrota en ninguno de los encuentros disputados, ahora llevará las riendas de una plantilla encuadrada en una liga atípica dividida en dos fases. La primera de ellas, compuesta por 18 jornadas, será la que decida si el UBUSan Pablo sigue soñando o pelea por salvarse. Los jugadores cidianos están preparados para el reto.