Claro, preciso y sin lanzar campanas al vuelo. José María Salmerón ofrece su primera rueda de prensa como entrenador del Burgos y analiza de manera concisa a su plantilla, el proyecto deportivo de la entidad, sin lanzar grandes expectativas y sin caer en el error de juzgar a su antecesor. Tiene las ideas claras. «A base de trabajo hay que ser competitivos. Esto es innegociable», afirma el nuevo técnico que mañana debutará en el banquillo del Burgos y que contempla la competición como un reto semanal «para que nos merezcamos ganar».

Se ha encontrado la plantilla hecha y con ello tendrá que bregar, al menos, hasta el mercado de invierno. Reconoce que hay calidad pero que «hay una serie de puestos que no están cubiertos». Opta por no especificar pero admite que «hay que mejorar varios aspectos, entre ellos el defensivo. Recibimos el gol muy pronto. Con esto no me estoy refiriendo solo a la defensa, sino a todos los que están en el campo. Hay que ser más contundentes, más agresivos, más intensos». Un cambio de actitud que apenas ha tenido tiempo de transmitir, pues lleva pocos días entrenando, a su plantilla, en la que reina «un ambiente extraordinario».