Hermelo Molero: «Novela más policiaca no la vas a encontrar»

P.C.P.
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El vilviestrino Hermelo Molero, jefe del Grupo de Drogas de la Ertzainetxea de Bilbao, debuta como escritor con 'El Rey de Pikas' y prepara su segundo libro basado en su carrera profesional

Hermelo Molero (Vilviestre del Pinar, 1967), con su libro en Bilbao. - Foto: Markel Martínez

Puede que suene a bilbainada, pero Hermelo Molero asegura haber publicado la novela más policiaca del mundo, El Rey de Pikas (Editorial Caligrama). A unos meses de cumplir 30 años en la Ertzaintza y después de 22 como jefe del Grupo de Drogas de la Ertzainetxea de Bilbao, lo certifica. «Hay mejores novelas, seguro, escritores 20.000 veces mejores que yo, pero no creo que encuentres una novela más policiaca que esta, es imposible. Esto es pura policía», insiste al otro lado del teléfono este escritor debutante, que nació en Vilviestre del Pinar en 1967, que pasó muchas horas con sus amigos de la peña Los Pelendones, que hizo la mili en el Parque de Automóviles 2 de Mayo de Burgos capital y que vuelve al pueblo menos de lo que quisiera.

Obviamente, protagoniza el libro un ertzaina, Javier Navarro, que «es pura ficción pero que lo que ve por sus ojos es lo que muchas veces he visto yo por los míos, he sentido en mi piel y en las cientos de miles de horas de sueño que le he quitado al cuerpo por mi trabajo. Y, como yo, el resto de mi grupo», que ya se ha leído el libro, afirma.

También hay un malo, el narcotraficante Igor Salazar, aunque no policías corruptos -«si no lo he vivido no me lo voy a inventar»- ni pistas para el enemigo. «Todo lo que cuento son herramientas antiguas, ahora hay otras tecnologías nuevas de las que no hablo ni hablaré hasta que sean viejas.Lo que cuento en el libro son herramientas que han sido muy importantes para nosotros pero en otras épocas de investigación», añade Molero.

El Rey de Pikas está escrito en 28 días -tardó el triple en corregirlo- de vacaciones enDenia. Obviamente no le va la playa a Molero. «Me gusta mucho salir al monte a pasear por las mañanas y en mi cabeza me monto mis historias, los personajes, cómo va empezar la novela, cómo va a acabar, el desarrollo y todo», por lo que, frente al ordenador, solo tuvo que dejar que fluyera la historia. Se animó cuando, tras una operación exitosa, su nombre y su rostro saltaron a los medios de comunicación y ya no tuvo motivos para esconderse. «Aunque los malos ya me conocían de antes», porque en una ciudad como Bilbao «es muy fácil encontrarte en un bar o en la calle», asume. Pese a ello, «nunca he tenido ningún problema, por eso tengo que decir que tampoco tenemos un delincuente tan peligroso como nos hacen ver muchas veces en la tele o en las películas», recalca, aunque sí esté mitificado el traficante como ese hombre rodeado de lujo y mujeres, «que parece que nunca va a la cárcel, aunque vaya».

Lo que sí hay es droga, mucha. «No creo que haya nadie en este país que salga a la calle, con dinero en el bolsillo, que quiera consumir y no lo consiga», afirma rotundo. Y una manera cínica de acercarse a una lacra que a su juicio solo se soluciona con «información, con educación, que las nuevas generaciones sepan lo que se meten en sus cuerpos», apunta.

En la segunda novela que ya ha comenzado a escribir cambiará de malo y de trama delincuencial pero seguirá Navarro y «en algún sitio aparecerá mi pueblo», del que lamenta cómo se ha vaciado. «He conocido un Vilviestre en verano que no cabía un alfiler, las piscinas a rebosar con autobuses que venían de Burgos. Lo he visto envejecer de una manera rapidísima», apostilla.