Los restaurantes y el negocio de la comida a domicilio

C.Soriano
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Tras optar por trabajar con las diversas aplicaciones de repartidores durante el estado de alarma, los establecimientos de Burgos continúan con el delivery porque ya se han adaptado

Muchos restaurantes no han tenido más opción que empezar a trabajar a domicilio, tanto a través de aplicaciones externas como contratando un repartidor propio- - Foto: Jesús J. Matí­as

La crisis sanitaria vivida durante el último año y medio ha obligado a todos los sectores a improvisar una manera para poder seguir adelante pero, sin duda alguna, el más afectado desde el principio ha sido la hostelería. Los pequeños locales más tradicionales se han visto forzados a adaptarse a la excepcionalidad del momento y, durante el primer confinamiento, la única opción que tenían los hosteleros que contemplara la ley era el servicio a domicilio. Ahora, tras haber conseguido sobrevivir a las restricciones, los hosteleros han optado por seguir con esa medida que les permitió seguir abiertos durante los meses más duros. 

El presidente de la federación Provincial de Empresarios de Hostelería de Burgos, Fernando de la Varga, describe la comida a domicilio como «otro nicho más de facturación» que, aunque sea menor, va a continuar. La razón de que los establecimientos recurrieran a ello fue que había unos gastos fijos que había que sufragar mientras los negocios estaban cerrados. 

Frente a contar con un repartidor de empresa, muchos de los negocios acabaron recurriendo a las aplicaciones externas de repartidores de comida por la facilidad que supone trabajar con estas. La ventaja que tienen es el hecho de que el establecimiento no paga mientras no tenga pedidos. Si bien cobran comisión por cada entrega realizada (un 30% por pedido más el 21% correspondiente en la factura, es decir, un 36% final), siempre sale más rentable que tener un repartidor propio en el caso de restaurantes con menos clientes online. Ahora, explica de la Varga, están a la espera del posible impacto que la nueva ley ‘rider’ pueda tener en el servicio de las aplicaciones externas de reparto. 

Tras hablar con los hosteleros de Burgos, De la Varga llega a la conclusión de que esta no es una gran fuente de ingresos. Muchos restaurantes seguirán con la opción a domicilio, deduce, porque ya se han organizado de tal forma que puedan complementarlo con su sistema trabajo, aunque también habrá otros que «probablemente desistan». 

El éxito o el fracaso de la comida a domicilio, explica el presidente, reside en el estilo de vida de cada ciudad. En Burgos, al ser una capital pequeña, los habitantes no pierden tanto tiempo en el tránsito como sucede en otras capitales como Barcelona o Madrid, por lo que tienen el tiempo suficiente para cocinarse en casa y no necesitar pedir comida. Por tanto, el poco volumen de pedidos que puede haber se concentra en los fines de semana. Aun así, si bien en un principio había más negocio online por las restricciones, ahora la gente prefiere acudir al restaurante porque ya se está perdiendo el miedo.

Fernando de la Varga opina que «este es otro tipo de trabajo. Es complicado, porque requiere una elaboración diferente, una comida distinta...». Por eso, los restaurantes que han empezado el servicio a domicilio a raíz de la pandemia, concluye el presidente, seguramente lo mantengan porque ya se han complementado a él, pero será de forma residual, ya que no es su forma de trabajo habitual.