Una apuesta para llegar a los jóvenes

MARINA ORTEGA
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Diego García Torca, un burgalés de 24 años, coge el relevo y lidera un proyecto para impulsar la modalidad de tiro al plato olímpico en el campo de tiro El Cerro

Diego García (en el centro), con los federados de tiro al plato. - Foto: Patricia

El tiro al plato es uno de los deportes más olvidados por las nuevas generaciones. En Burgos, como en otras ciudades de España, esta actividad olímpica lucha por mantenerse a flote con el objetivo de no caer en el olvido. Diego García Torca, un joven de 24 años, decidió tomar cartas en el asunto e intentar impulsar el tiro al plato en la ciudad. Creó un proyecto en redes sociales en torno al campo de tiro El Cerro con la intención de divulgar este deporte entre los jóvenes, mostrar las instalaciones del campo e informar de los eventos anuales que García iba organizando.

El joven burgalés preparó la pasada temporada varios campeonatos y debutó en el último de ellos. Esto le motivó para continuar entrenando dos veces a la semana, preparar más eventos, de cara a la próxima campaña, y avanzar con su proyecto en las redes. «Tengo pensado convocar mensualmente uno o dos torneos. En septiembre organizaré uno provincial y otro autonómico de Foso Olímpico donde intentaré promoverlo sobre todo por redes sociales. Diseñaré los carteles y pensaré en los premios que se darán para que sea lo más atractivo posible. De este modo, las personas querrán participar o simplemente ir como espectadores, un primer contacto siempre es importante para atraer a más gente a este deporte. Hay que continuar con la dinámica del año pasado para ir dando a conocer el campo de tiro. A nivel personal, como tirador, me gustaría aumentar mi puntuación», explicó Diego García.

Desde una edad muy temprana Diego García alberga un sentimiento especial al tiro olímpico y este sentimiento le llevó a embarcarse en este proyecto, coger el relevo  en el campo de tiro y comenzar a competir en este deporte. «Mi padre solía llevarme desde muy pequeño a campeonatos de tiro al plato. Al principio no entendía nada pero poco a poco, a medida que iba creciendo, fui comprendiendo los valores y los beneficios internos que este deporte te aporta. No se necesita unas condiciones físicas específicas. Lo importante es tener una visión buena para ver el plato y controlar los pensamientos, lo demás se va cogiendo con la práctica. Al fin y al cabo en este deporte se requiere mucha práctica para hacer progresos», se sinceró el joven.

Un deporte centenario que comenzó a considerarse una disciplina olímpica hace 125 años, con unas tradiciones particulares que han seguido permaneciendo a lo largo del tiempo. Hoy en día todos los deportes tienen su equipo técnico estipulado como un requisito más del juego, sin embargo, en el tiro al plato consideran que ese ‘equipo técnico’ tiene que ser una elección propia e íntima para cada tirador. «Los veteranos, que van a practicar al campo, construyen lo que viene siendo la figura de un entrenador. Ellos te dan consejos, te enseñan a colocarte bien la escopeta, te corrigen la posición... Como todo maestro, cada uno elige a su pupilo y viceversa. Al ser pocos los que comparten esta afición, nuestro trato es más familiar y eso nos lleva a cuidarnos los unos de los otros y queremos que todos progresen al máximo», desveló García.

A simple vista puede parecer sencillo pero requiere de mucho tiempo, paciencia y perfeccionamiento para lograr hacer una puntuación aceptable. «Cuando compites es lógico estar nervioso pero es un deporte donde el 90% del éxito se rige en la concentración. Una vez que te sientes preparado, con buena posición, la escopeta en su sitio y con tranquilidad, das la señal para que salga el plato. En ese momento necesitas ser rápido y tener la mente clara. Nunca sabes en que dirección va a salir el plato y contando con que la velocidad de salida de éste es de unos 120 kilómetros por hora, tu cabeza solo puede estar enfocada a esto. Normalmente tienes dos tiros, por si fallas el primero, pero cuanto más tiempo se pierde es más complicado acertar, ya que el plato sigue avanzando y cogiendo más distancia», continuó detallando el burgalés. 

El tiro al plato supone a priori ciertos costes y reglamentos que hay que cumplir antes de poder practicarlo a nivel profesional o aficionado. «Pude sacarme la licencia de armas a los 20 años y poco después me compré mi propia escopeta. Pero para poder tirar en el campo también se necesita comprar los cartuchos. Al final existen ciertas normas y leyes que te impiden alquilar armas para practicar este deporte. Es necesaria una regulación y control. No deja de ser un arma y aunque practiques un deporte con ella puede ser un peligro en manos equivocadas», finalizó el tirador García. 

El burgalés seguirá trabajando en sus objetivos de modernizar el campo de tiro, continuar con su proyecto de redes sociales y sobre todo mejorar la calidad de los deportistas burgaleses para llegar a organizar en un futuro algún campeonato nacional. 

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