El caprino teme una crisis al caer el precio de la leche

I.P.
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En la provincia burgalesa no llegan a media docena los ganaderos que ordeñan cabras para la producción de lácteos, pero son conscientes de que las industrias ya compran a la baja

Sergio Moreno es uno de los pocos ganaderos de caprino de la provincia. Tiene 180 cabras en su granja de Galarde, pueblo del municipio de Arlanzón. - Foto: Valdivielso

En la provincia apenas se cuentan con los dedos de una mano los ganadero de caprino que mantienen su actividad; años pasados algunos se aventuraron a introducir cabras, pero la baja rentabilidad ha acabado por dar cerrojazo a esas explotaciones. Los pocos que ahora quedan no son ajenos a la crisis que la pandemia del COVID-19 está generando porque la viabilidad de sus granjas también depende del sector de la hostelería, principal cliente de las empresas lácteas a las que ellos venden la leche. Si no hay restaurantes, los quesos se almacenan y la consecuencia inmediata de la falta del principal mercado es el descenso en origen del precio de la leche que, precisamente, está ahora en su mejor momentos después  de unos años en lo que estaba bajo.           

Del descenso del precio de la leche a los cabreros alertaba ayer la Coag, que hablaba de hasta un 40% de reducción (pasando de unos 0,82 euros/l a 0,66 o incluso 0,51 euros), lo que provocaría un grave daño al sector en el país. Por este motivo, el sindicato denuncia la intención de las industrias lácteas  y el "aprovechamiento" de los ganaderos en un momento de crisis sanitaria.  El sindicato habla de prácticas "abusivas y especulativas" por parte de las industrias lácteas y explica que la bajada de precios se produce, además, en un momento que han aumentado el consumo de lácteos en los hogares, y pide a las empresas "responsabilidad" para no provocar la caída del sector.

Sergio Moreno Gil y Fernando Porres, con sendas explotaciones de caprino en Galarde y Tordómar, respectivamente, están alertados de la situación, ya que les han llegado los primeros "runrunes" dicen, desde los servicios veterinarios de la cooperativa palentina a la que venden su leche, Agropal, que elabora los prestigiosos quesos del Cerrato. Sin embargo no se confiesan excesivamente preocupados y tampoco creen que el descenso sea muy grande.

Las cabras se ordeñan cada día. Las cabras se ordeñan cada día. - Foto: Valdivielso

Sergio, que dirige con su mujer Marisa Esteban, una explotación de 180 cabras en esa pedanía de Arlanzón, reconoce que algo bajará el precio seguro, pero no se aventura a decir cuanto, y añade que tampoco desde la cooperativa se les ha informado en concreto de un descenso. Explica que estos días le ha llegado la factura, pero que siempre les pagan a mes vencido, con lo que el último ingreso es de febrero, por lo que en caso de bajada del precio será en el mes de abril cuando lo compruebe una vez que le llegue la factura de marzo. Lo que sí es seguro, afirma, es que Agropal les ha garantizado que la leche se la recogerá igual que hasta ahora. Sus cabras le vienen a producir unos 270 litros diarios y la láctea pasa dos días por semana a vaciar el tanque.  

Aunque le precio de la leche pueden sufrir variaciones de una recogida a otra en función de factores como mejor estrato quesero o grasa, en estos momento se les paga a una media de 85 céntimos litro (con IVA), un precio aceptable comparado con el que tenía hace un par de años que rondaba los 75 u 80 céntimos y muy superior a los 58 que le pagaban cuando comenzó con la granja en el año 2015.

En similares términos se expresa Fernando Porres, veterinario y titular de una explotación de ovino y caprino junto a su hermanos Francisco en Tordómar. Como Sergio, ellos cuenta con cabras, en su caso, 300, de la raza murciana-granadina, que es de alta producción. También su leche se la compra la cooperativa palentina Agropal.

Fernando incide igualmente en que no será hasta abril cuando vean en que proporción baja el precio de la leche en marzo con motivo de la crisis y el falta de demanda. En todo caso, Porres se muestra bastante tranquilo, ya que Quesos Cerrato, dice, suele tener unos precios bastante equilibrados; cuando suben, la cooperativa no los sube mucho, pero cuando descienden tampoco los baja. Es les da tranquilidad y seguridad a los ganaderos, dice. "Yo siempre he trabajado bien con ellos", puntualiza.

Fernando explica que esta alarma por el posible descenso del precios de la leche en origen viene provocado porque Quesería Montesinos, ubicada en Jumilla, en la región de Murcia -muy fuerte en producción de leche de cabra-, ha  comunicado que este mes de abril no recogerá la leche a las cooperativas, generando la alarma entre éstas y los productores.

Además, este ganadero casi ve mayor problema  en la falta de mercado de consumo para los cabritos, tal y como sucede con el lechazo; a los productores de ambos ambos les está haciendo un gran daño el cierre a los restaurantes. "El problema gordo se da con el cierre de la hostelería, a quien se vende el mayor volumen de queso de cabra, muy apreciado en la cocina, y eso se ha parado de repente; las industrias no querrán almacenar stock si ven que no tiene salida, con lo que, al final nos lo repercute a nosotros", afirma Fernando.

Otro de los productores de leche de cabra es la empresa Fuente Humorera, en Rioseco, en el Valle de Manzanedo, propiedad de la familia Pérez Andújar. En su caso, sin embargo, no venden apenas leche fuera porque ellos mismos elaboran queso, explica Alfonso. Tienen unas 1.150 cabras y su producción es en ecológico.

Tampoco se verá afectado el ganadero de Briongos de Cervera que llego hace unos meses con su rebaño desde Tarifa, en un proyecto de sostenibidad puesto en marcha por el alcalde, Tomas Camarero. Apenas son medio centenar de cabras las que tiene y aún no producen como para comercializar, apenas tienen para consumo propio.