La España de 1970

SPC
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La nueva década arranca con el país todavía 'amordazado' por una dictadura que, sin saberlo, camina hacia su final, mientras la sociedad busca los rayos de modernidad que poco a poco se cuelan en la imagen en blanco y negro

Francisco Franco, ya muy dedicado de salud.

Política y economía

El ‘búnker’ cierra filas ante el aire  de cambio de los ‘aperturistas’ 

Con Juan Carlos I como sucesor con título de Rey, un nombramiento que fue ratificado por las Cortes Españolas el 22 de julio de 1969, la política española encaró una nueva década. Franco seguía en el poder, pero su avanzada edad y  su delicado estado de salud vaticinaba un cambio que nadie sabía hacia dónde podía dirigirse. Por eso, las llamadas familias de la dictadura se movían, y no solo en la sombra, para tomar las posiciones más aventajadas ante la posible muerte del tirano, que no llegaría hasta cinco años más tarde. De un lado, los inmovilistas -el búnker- que planeaba un futuro franquista, pero sin Franco. Eran más y tenían más poder. De ellos nació, de hecho, la idea del juicio ejemplarizante contra los miembros de ETA -el Proceso de Burgos- que acabó volviéndose en contra del régimen. Del otro, los aperturistas, que, ante la explosión de conflictos sociales en las calles, adoptaron una postura cada vez más reformista al convencerse de que la única salida posible al franquismo era la democracia, pero tutelada desde el poder.
Y mientras la economía parecía ajena a las incógnitas y las luchas políticas consolidando lo que los historiadores definen como el milagro económico español, con un país creciendo a una media superior al siete por ciento, herencia de las reformas de los tecnócratas.

 

Sociedad

Ansias de libertad controladas siempre desde el poder

Con los turistas foráneos ya no como elementos extravagantes, sino como motor económico, los españoles poco a poco se va familiarizando con otras costumbres, aunque los habitantes patrios siguen viajando al pueblo en el recordado 600 -aunque ya se veían muchos R8- para pasar las vacaciones. La música, la cultura y el cine permiten también a los ciudadanos soñar con una libertad que en territorio nacional seguía cercenada por el poder. Una muestra de ello es la moda de las experiencias prematrimoniales, un tema hasta entonces tabú. Algo hecho por muchos, pero reconocido por muy pocos, porque no estaba bien visto en una sociedad anclada aún en su pasado. De hecho, el intento de cambio de aires muchas veces fue sancionado por las autoridades. El Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, clausuró en 1970 el famoso Molino por sus «repetidas muestras de inmoralidad». Cambios sí, pero con cuentagotas.
Mientras, una polémica sacudía la Iglesia  -enfrentada ya casi abiertamente con la dictadura- con un debate que ha ido surgiendo cada poco tiempo y que nunca se ha terminado de zanjar, el celibato entre los curas. 
En Educación, España estrenaba en 1970 la Ley de Educación que conllevó la aparición del COU, el curso previo a la entrada a la Universidad, que estuvo en vigor hasta el año 2000.

 

Cultura

La música melódica se hace con el trono y la comedia reina en el cine

A los sones de Gwendolyne España logró un más que meritorio cuarto puesto en Eurovisión en aquel convulso 1970. La culpa del éxito la tuvo un joven y aún desconocido cantante con pasado futbolero, Julio Iglesias, que utilizó el concurso internacional como trampolín de una carrera que, desde entonces, no paró de crecer. Pero no fue el único cantante melódico que triunfó aquel año, puesto que el país se dejó conquistar por el valenciano Nino Bravo, que lanzó su primer disco Te quiero, te quiero. También Camilo Sesto, Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat, que publicó Mediterráneo, triunfaron en aquellos meses.
En el mundo del cine, Buñuel regresaba a España para grabar Tristana después del escándalo sucedido con Viridiana 10 años antes. Pero la taquilla se decantaba, en el cine patrio por un clásico como Paco Martínez Soria, que se vistió de sacerdote para protagonizar ¡Se armó el belén! y por una pareja que ya había logrado el respaldo del público en tres cintas anteriores: Manolo Escobar y Concha Velasco, que estrenaron En un lugar de La Manga.
Por su parte, la televisión seguía estrenando esas míticas series que aún hoy en día siguen siendo repuestas. Mi marciano favorito, Mi amigo Flipper, o Tarzán compartían seguidores con el Planeta Azul del mítico Félix Rodríguez de la Fuente.

 

Deportes y espectáculos

Del penalti de Guruceta al título de Urtain sin olvidar a ‘El Cordobés’

Un total de 121 festejos llegó a matar Manuel Benítez, El Cordobés, en 1970. Y eso que su popularidad había arrancado una década antes. Pero el torero ye-yé, el maletilla que robaba gallinas, seguía siendo el gran ídolo de una España que tenía en los toros el gran espectáculo nacional, por delante del fútbol. Paco Camino (que cortó ocho orejas en su encerrona en la Beneficencia madrileña, El Viti, Diego Puerta, Palomo Linares, Dámaso, Ruiz Miguel... Un plantel de grandiosos toreros se pudo disfrutar en aquel año, pero el público seguía rendido al Quinto Califa.
De hecho, por detrás de la Tauromaquia y antes que el balompié, España miraba al cuadrilátero, con Pedro Carrasco como estrella, aunque en 1970 los focos apuntaron a José Manuel Urtain, que derrotó al alemán Peter Weiland por KO en el séptimo asalto y se coronó Campeón de Europa de los pesos pesados. 
En el fútbol, aquel 1970 fue año de Mundial, el de México, donde brilló Pelé, que guió a Brasil a su tercer título. España no llegó ni siquiera a clasificarse para el campeonato. En territorio nacional, el momento más recordado de la temporada lo protagonizaría el árbitro Emilio Carlos Guruceta, que señaló un penalti a favor del Real Madrid en la vuelta de la Copa ante el Barça, que permitió a los blancos sentenciar una eliminatoria que acabó en escándalo.