La Gerencia Municipal de Fomento, reunida esta mañana con carácter extraordinario, ha acordado que el Ayuntamiento sea quien asuma el mantenimiento de las zonas privadas de uso público que hay repartidas por la ciudad. Si bien ya se hacía cargo, en la inmensa mayoría de los casos, de su limpieza, de la renovación del mobiliario o del alumbrado público, el acuerdo contempla también que el Consistorio asuma el coste de las reparaciones o cambios de baldosas cuando sea necesario.
En el acuerdo existe un matiz importante ya que el Ayuntamiento sí se hará cargo de la renovación de baldosas pero no de lo que haya bajo ellas. Es decir, solo asumirá la parte más superficial del pavimento. De esta manera, se quiere proteger de no hacerse cargo, por ejemplo, de las impermeabilizaciones que pudiera haber si estas zonas están encima de garajes, de los soportes estructurales...
El Ayuntamiento, además, no será quien encargue las obras sino que serán las comunidades de vecinos las que tendrán esta responsabilidad. De esta manera la ciudad se quiere proteger también de los problemas que pudieran surgir como consecuencia de una mala ejecución de estos trabajos.
El concejal de Licencias, Daniel Garabito, ha estimado que la superficie de suelo privado de uso público que hay repartida por la ciudad asciende a unos 600.000 metros cuadrados. De ellos, 300.000 están en zonas de soportales. Todos los grupos políticos se han expresado a favor de este cambio normativo que no entrará en vigor hasta que se haya aprobado la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).