Un nuevo edificio histórico dirá adiós a la ciudad tras años tambaleándose en plena calle Vitoria. Del inmueble, solo queda en pie la fachada ubicada en los números 9 y 11 de esta artería de la ciudad, pero por su mal estado el Ayuntamiento de Miranda ha permitido la demolición, que arrancará «cuanto antes», tal y como comunicó a Urbanismo la propiedad, que correrá con los 30.000 euros necesarios para acometer los trabajos.

Al margen de la pérdida de patrimonio, la ciudad sí que ganará eliminar un andamio de 16 metros de altura colocado en la fachada principal del edificio. La estructura la levantaron en 2014 para proteger ante posibles derrumbes, porque en un primer momento el frontal era un elemento que tenía que conservarse. De hecho, era un requisito recogido dentro de la protección estructural, de la que gozaba el inmueble construido en 1925.

Tras un largo proceso administrativo y con la autorización de la Junta de Castilla y León, la catalogación la rebajaron hasta la ambiental, para poder tirar lo que quedaba del inmueble, con el requisito de tener que replicar la imagen si existe la voluntad de construir de nuevo en el solar, algo que por el momento no parece que esté dentro de los planes de los propietarios, como indica la concejala de Urbanismo, Soraya Solórzano.

En el proyecto presentado, los titulares remarcan que la fachada está en mal estado dado el deterioro que ha sufrido. Además «tiene muchos cuerpos volados por lo que empezaban a tener problemas para garantizar la seguridad», matiza la responsable municipal, que agrega que este ha sido un argumento decisivo para dar el visto bueno al permiso de demolición.

Los trabajos requerirán cortes de tráfico en la calle Vitoria, aunque por el momento los responsables municipales desconocen el calendario, que la empresa tendrá que comunicar  previamente, ya que además este es uno de los principales accesos a Miranda. En Urbanismo explican que el proyecto sí que detalla los plazos que manejan en esta actuación, que «tardará aproximadamente un mes, aunque todo dependerá de cómo se pueda desmontar la fachada y la estructura», por el mal estado de los elementos.

Cuando terminen con el derribo, la propiedad también tendrá que acometer el cerramiento del solar y limpiar de vegetación la parcela. Además, Solórzano reconoce que tendrá que valorarse cómo queda la acera, puesto que ha estado durante muchos años ocupada parcialmente por la estructura del andamio. En cualquier caso, afirma que se recuperará para los peatones  y también los aparcamientos, que se taparon para ganar una zona de paso. «Todo eso se tiene que reponer al estado anterior», aclara Solórzano.

El Ayuntamiento acabó la tramitación para rebajar la protección del inmueble en 2019. Desde ese momento, los propietarios han podido solicitar el derribo, de un edificio de principios del siglo XX, que «es seguramente una obra de Fermín Álamo», el primer arquitecto municipal y autor de buena parte de las casas emblemáticas de la ciudad. En este caso, destacaba su estilo historicista, con una gran proliferación de elementos decorativos en la fachada que ahora tirarán.